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La cocina privatizada del Hospital Sierrallana, o como se deterioran los servicios privatizados.

El Hospital "Público" Sierrallana de Torrelavega del Servicio Cántabro de Salud tiene los servicios de hostelería (cocina y cafetería) privatizados, sus trabajadores/as tienen un conflicto con la empresa adjudicataria EUREST. A continuación vamos a hacer un resumen de la noticia publicada por LaPajareraMagazine.com en base un informe elaborados por las/los compañeras/os de CNT Sindicato de Oficios Varios de Torrelavega.

Los/las trabajadoras/es de EUREST, de los servicios de hostelería en Hospital de Sierrallana, están en conflicto con ella prácticamente desde que se hizo cargo de los citados servicios. Y ello por los siguientes motivos:

- Les debían la paga extraordinaria de verano de 2017 (se la han abonado hace sólo unos días).

- Cada baja laboral o disfrute de vacaciones a de cubrirse con un/a sustituto/a. No se hace nunca.

- No se respeta la bolsa de trabajo establecida. La empresa contrata a su capricho.

- Es frecuente que las fechas de disfrute de vacaciones solicitadas sean denegadas, teniendo que decidirse por sentencia judicial.

- Hasta 16 trabajadores han llegado a estar al mismo tiempo (de los 31 de la plantilla) de baja laboral por estrés o ansiedad, por presión en el trabajo cotidiano.

- Son frecuentes los cambios de puesto de trabajo ( y de funciones) a los trabajadores.

Además de todo lo anterior, los trabajadores están muy preocupados por el pésimo servicio que se está prestando, no sólo a los trabajadores del Hospital sino a los propios enfermos y a sus familiares, puesto que se incumplen reiteradamente las cláusulas del pliego de condiciones. Así, por ejemplo, no existe un stock de alimentos para 15 días, como el pliego establece, ni muchísimo menos, y además los tomates, fruta y otros productos perecederos llegan ya medio podridos, porque se adquiere siempre lo más barato. Por otra parte, han llegado a estar las patatas 12 días a remojo, y para disimular su estado se dieron a comer en puré. Los trabajadores avisan siempre del estado de los alimentos, sin que se les haga caso. Cuando la dietista está ausente (por ejemplo, por baja laboral) no es sustituida, y son los propios trabajadores los que utilizando el sentido común sirven a cada enfermo el menú más apropiado.

Las meriendas y cenas se han servido -en no pocas ocasiones- muy tarde (19:00 horas las meriendas y 22:00 horas las cenas), y como el personal de cocina sale de trabajar antes de las 22:00 horas, la vajilla no se puede lavar. Por si fuera poco, el tren de lavado, destinado a la limpieza y esterilización de la vajilla, ha estado averiado, por lo que el lavado se hacía a mano (sin esterilización, por lo tanto) y, para reducir gastos, la empresa ha llegado a no aportar detergente, por lo que el lavado se hacía sólo con agua.

El cacharrero (máquina donde se lavan las perolas y cacharros más grandes) ha estado parado un año. Cuesta unos 45.000 euros, y se decía que no tenía reparación pero un trabajador de mantenimiento dijo que sólo había que cambiar un fusible cuyo coste es de nada más que 1 euro.

El agotamiento hace mella en los/las trabajadores/as de la plantilla del Servicio de Cocina y Cafetería del hospital Sierrallana, y el pasado día 29 hicieron una concentración a fin de resolver las irregularidades que vienen siendo denunciadas. No es solo un problema laboral, que lo es, sino que tiene la importancia de subvertir la salud pública debido a que estamos hablando de la alimentación que se les da a los enfermos.

Desde hace tiempo, se ha denunciado repetidamente a la Consejera  de Sanidad del Gobierno de Cantabria María Luisa Real, la situación de precariedad de los servicios citados, pidiendo la dimisión de la gerente del hospital, María Antonia Urbieta y del director del mismo, Luis Alejandro Fernández, ya que mantienen su inacción ante la dejación del servicio haciendo caso omiso de denuncias y reclamaciones de los sindicatos. CNT define esta situación como insostenible y es preciso que se tomen medidas rápidamente. Para CNT este conflicto no es más que la prueba fehaciente de la dejación de calidad en los servicios subsidiarios de la sanidad española que han ido pasando a manos privadas atendiendo, tan sólo, a criterios de rentabilidad sin prestar atención a la importancia de dichos servicios.

Desde el SAS suscribimos tanto el informe de CNT Torrelavega como la noticia de LaPicaraMagazine.com en su totalidad. Pero para que todas/os nos pongamos en situación, en Cantabria gobiernan en coalición el PSOE y el partido del supuesto "azote" de corruptos/as Miguel Angel Revilla, el Partido Regionalista de Cantabria (PRC).

Sobre la gestión  de la actual Consejera de Sanidad María Luisa Real González del PSOE, hay indicios de corrupción, tanto es así que la Intervención General de Cantabria (organismo del propio Gobierno de Cantabria) en un informe dice que el Servicio Cántabro de Salud ha sido "el escenario de una trama de malversación de dinero público, tráfico de influencias y prevaricación administrativa, todo organizado desde la misma cúpula del servicio". Y la "Fiscalía ha decidido actuar judicialmente". Noticia relacionada ElConfidencial.com.

Una vez más, este ejemplo viene a demostrar que la privatización total o parcial de los Servicios Públicos sólo beneficia a las empresas adjudicatarias, en este caso EUREST, que no dudan en saltarse las condiciones de los pliegos de adjudicación con el único fin de que su lucro sea mayor, que ha ido acompañado por el nulo interés de la Consejería de Sanidad de Cantabria y el Servicio Cántabro de Salud para que se cumplan las condiciones de los pliegos.

Entendemos que la solución a este conflicto pasa por rescindir el contrato a la empresa adjudicataria, que los/las trabajadores/as de EUREST sean contratados por el Hospital Sierrallana de Torrelavega (en el Hospital de Alzira al haberse acabado el tiempo de duración de la adjudicación se ofreció a todos/as las/los trabajadoras/es que así lo quisieran un contrato como laboral indefinido) y que los Servicios Hostelería sean prestados por trabajadoras/es públicos y controlados directamente por la propia administración.

Este conflicto se une a la privatización de la lavandería del Hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza, en donde la Consejera de Sanidad María Pilar Ventura Contreras es también del PSOE.

Antes de acabar esta nota queremos recordar el trabaO realizado por nuestro sindicato con la colaboración de diferentes trabajadores/as del Hospital Virgen de la Torre del Servicio Madrileño de Salud La "Cocina Pública" del Hospital Virgen de la Torre de abril de 2014, en donde pretendíamos "poner de manifiesto la enorme importancia del mantenimiento como públicas de las cocinas hospitalarias, ya que la calidad del servicio de alimentación constituye una parte fundamental en el proceso asistencial, y contribuye claramente a la mejoría de la enfermedad."

Y que las conclusiones del trabajo siguen vigentes hoy:

Las funciones de las categorías no sanitarias (limpieza, lavandería, cocina, informática, custodia de historias clínicas, …) son imprescindibles para la calidad del propio proceso asistencial.

Los datos y proyecciones demográficos resaltan la importancia del fenómeno de envejecimiento de la población y sus consecuencias.

Entre ellas resulta de vital importancia –tanto sanitaria como económica- la atención hospitalaria de los pacientes ancianos, grupo de edad en el que se está produciendo un rápido aumento de patologías crónicas y pluripatológicas.

Resulta igualmente fundamental, la relevancia de combatir la desnutrición en el medio hospitalario y la repercusión en la calidad y en el coste de los tratamientos de las dietas - el cuidado nutricional precoz reduce los costes y el número de complicaciones-.

Ningún estudio refleja el ahorro, en términos reales, de externalizar/privatizar los servicios no sanitarios y, concretamente, de las cocinas hospitalarias.

Sin embargo, tanto las experiencias internacionales, como los datos que se van teniendo de lo que ocurre en nuestro país, evidencian una importante pérdida de calidad y, como consecuencia, un aumento significativo en el coste de los tratamientos, derivados de la mercantilización de estos servicios.

Las Administraciones públicas deberían tener como objetivo el servicio a la población, que es quien soporta los gastos y no el enriquecimiento de las empresas privadas. En el ambiente general de corrupción política/empresarial que padecemos, no son tolerables comportamientos de tipo de: “te damos tanto por habitante y tú te quedas todo lo que ahorres”.

Es fundamental y coste/efectivo mantener la red sanitaria pública y, dentro de ella, y tan importante como la propia asistencia sanitaria, es el mantenimiento como públicos de los mal llamados “servicios no sanitarios”, básicos para la calidad, entre los que se encuentra la alimentación de los pacientes."

Por lo que seguiremos pendientes de este conflicto y apoyando a los/las trabajadoras/es de EUREST y a los/las compañeras/os de CNT Torrelavega.

NO A LA PRIVATIZACION DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS.

Informe de CNT Torrelavega sobre la concentración del 25 de agosto de 2018.

 

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