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La crisis de los suministros golpea a la Sanidad (05/07/2022).

El comienzo de la guerra en Ucrania ha impulsado, como en un juego de dominó, un coste desorbitado de las materias primas, del precio de la energía, de la cadena logística y del transporte. Y con un aumento de la inflación que no se veía desde 1985. Y eso no es ajeno al campo de la Sanidad, donde diferentes expertos comienzan a advertir de la necesidad de garantizar, a nivel de la Unión Europea, los suministros de componentes de material sanitario y electromédico.

José Manuel Pérez Gordo, tesorero de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa), destaca que, respecto al material fungible sanitario y no sanitario, «de momento no está notándose significativamente» retraso alguno, aunque sí recomienda «estar atentos e ir tomando algunas medidas para anticiparse».

En el caso de las máquinas para hospitales, recalca que «especialmente hay problemas con el suministro de sus componentes, como chips o semiconductores, que proceden en su mayoría de países como China o Vietnam, ya que han tenido un gran confinamiento y sus fábricas se han visto afectadas, al igual que con algunos de sus consumibles. Es frecuente que adquieras un equipo electromédico y, como mínimo puede tardar hasta cuatro meses en tenerlo disponible en tu centro. Por eso, su adquisición debe ser planificada con bastante antelación».

Margarita Alfonsel, secretaria general de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), alerta de que la situación es «especialmente sensible, ya que suministramos al sistema sanitario productos y servicios que son esenciales para el funcionamiento y la continuidad de la actividad asistencial». Por este motivo, recalca que es preciso asegurar el acceso de los pacientes a productos de primera necesidad que permiten diagnosticar y tratar sus enfermedades «y esto, en gran medida, depende de que podamos llevar a cabo nuestro trabajo en las condiciones adecuadas».

En toda Europa

En un mundo tan globalizado como el actual, la falta de suministros se extiende por el mundo. De hecho, la patronal europea de Tecnología Sanitaria Medtech Europe, de la que Fenin es miembro, ya ha alertado de la situación «crítica» que atraviesa toda la industria continental debido a esta crisis de suministros.

«Ante esta situación que se viene observando por estas cuestiones logísticas, y como hemos podido aprender con la pandemia, con un leve aumento de los stocks de seguridad se consigue minimizar el impacto de las ligeras demoras comentadas anteriormente», recuerda Pérez Gordo. No obstante, insiste en que «no se puede bajar la guardia ya que, como bien sabemos, hay otros aspectos que pueden tener un gran impacto añadido con motivo de posibles huelgas del transporte, que provocarán retrasos en las entregas de material fungible y medicamentos y podrían dar lugar al desabastecimiento en algunas situaciones, con consecuencias importantes; hay que se proactivos y adelantarse a estas situaciones».

Otro aspecto que considera que no debe olvidarse es la subida de precios generalizada, «ya que un país o región que no tenga colchón económico para soportar la subida de precios de ciertos productos, sí que puede empezar a tener problemas de abastecimiento. Esta subida de precios puede desembocar en que ciertas empresas fabricantes no puedan soportar el encarecimiento de algunas de sus materias primas, desistiendo así de ciertas líneas de productos. Esto sí que puede provocar desabastecimiento generalizado de determinados productos si la posición de la empresa que cesa en su fabricación resulta muy dominante en el mercado para dichos productos».

Medidas a tomar

Para Alfonsel, «asistimos a una tormenta perfecta con un entorno macroeconómico, geopolítico y sanitario sin precedentes. Por ello, consideramos que deben tomarse medidas que estén a la altura de las circunstancias, para poder afrontar con garantías y de manera eficiente el actual escenario. Por supuesto que pueden ser medidas estructurales a nivel continental planteadas desde Bruselas, pero también deben acometerse planes de contingencia a nivel nacional que atiendan las particularidades de nuestro país, su industria y legislación. Por esta razón creemos necesario un Plan Nacional de Promoción de la Industrialización del Sector que evite esta dependencia de terceros países, que facilite la exportación y la internacionalización y que, a su vez, atraiga nuevos inversiones hacia nuestro país».

Sedisa también apuesta por una combinación de acciones comunitarias y locales, como la creación de un observatorio que pueda detectar futuras faltas de abastecimiento de ciertos productos. «Debería estar compuesto por personal asistencial y por personal de gestión, para adelantarse en la medida de lo posible a estos desabastecimientos, proponiendo técnicas alternativas y analizando si el mercado está preparado para soportar el aumento de la demanda de esos productos alternativos», propone Pérez Gordo.

Por otra parte, considera que sería necesario aumentar el stock de determinados materiales, no ya solo a nivel de centro sanitario, que pueden tener ciertos límites en su capacidad de almacenamiento, sino incluso a nivel de comunidad, de externalizar espacio de forma centralizada para mantener stock de seguridad con el que abastecer a sus centros. Y, por otra parte, asegurar el transporte de este tipo de productos sanitarios, que debería escapar de los bloqueos que sufren con posibles huelgas en el transporte.

«Hay que tener también en cuenta que una gran mayoría de estas adquisiciones de material fungible se realiza en los centros sanitarios mediante la adjudicación previa de un expediente de contratación en el que se ha adjudicado a un proveedor determinado una cantidad de material a un precio fijo para un periodo concreto. Estos materiales, en la situación actual que estamos viviendo, están experimentando incrementos en sus costes que no pueden repercutir en ese precio que ya fue adjudicado, lo que puede provocar problemas en el abastecimiento, hay proveedores que prefieren no suministrar a hacerlo con pérdidas, por lo que se debería establecer mecanismos de revisión en determinadas situaciones, como se ha hecho en alguna comunidad autónoma para el caso concreto de adjudicaciones de obras, en las que se ha revisado los precios inicialmente adjudicados por los incrementos en costes que se han producido», propone el portavoz de Sedisa, quien considera que esta situación de incrementos de precios puede dar lugar, además, «a que muchos de los concursos de materiales sanitarios y no sanitarios se queden desiertos, con la problemática que ello conlleva».

Plan de choque

Desde Fenin, su secretaria general insiste en que el sector «continuará realizando cuantos esfuerzos sean necesarios, colaborando con instituciones públicas y privadas, para minimizar los efectos de esta situación». Pero al mismo tiempo, solicitan a las administraciones «un plan de choque que impulse medidas para maximizar la disponibilidad de materias primas y componentes –priorizando ámbitos productivos, como el de aquellos sectores que protegen la salud pública–, flexibilizar los plazos de entrega de los contratos públicos en los casos en los que sea necesario y reducir el impacto del incremento de los costes energéticos y logísticos en la actividad empresarial, a fin de garantizar la continuidad de la prestación asistencial».

Según su criterio, el plan de choque también debería habilitar mecanismos de indexación de costes que permitan mantener el equilibrio económico-financiero de los contratos con las administraciones públicas y contemplar la flexibilización de los precios de estos contratos, con el fin de adecuarlos a los incrementos de costes que se están produciendo y a las eventuales reducciones de costes que se puedan producir en el futuro. «Pedimos medidas para nuestro sector similares a las que ya se han tomado en otros, como es el caso de las obras públicas», concluye Alfonsel.

Enlace relacionado LaRazon.es (03/07/2022).

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