Epidemiólogos explican la ruta para evitar un confinamiento estricto en esta tercera ola (22/01/2021).

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“Lo importante es que no caigamos en los errores del pasado. El confinamiento estricto produce un sufrimiento añadido en las familias, especialmente en las más vulnerables, en las personas que viven en situaciones de infravivienda o de hacinamiento. Esto no debe volver a ocurrir. Además, tenemos que dejar salir a los niños a la calle, no cerrar los parques e intentar no cerrar las escuelas.

Hay que fomentar que nos socialicemos al aire libre, con distancias de seguridad y mascarilla. Eso es lo seguro. Y si para evitar un confinamiento estricto hay que poner el toque de queda antes y cerrar la hostelería antes, no pasa nada”. Manuel Franco es profesor de epidemiología de la Universidad de Alcalá y portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública, (SESPAS). Indica que para vencer esta tercera ola, que durante este jueves dejó un nuevo récord de contagios con 44.357 y arrastra una incidencia acumulada de casi 800 casos por cada 10.000 habitantes, hay que anteponer la salud a la economía.

Mientras el consejo interterritorial, que reúne a gobierno y comunidades en la búsqueda de las medidas más idóneas, no ha conseguido llegar a un acuerdo sobre el adelanto en la hora del toque de queda —medida pensada para limitar la actividad social y hostelera— lugares como Extremadura (1467,53), Murcia (1286,90), Valencia (1166,18), La Rioja (1134,79), Castilla y León (1142,34), Castilla La Mancha (1140,61) y Madrid (875,06) superan la barrera de los 800 casos de incidencia acumulada. 

“Anteponer los intereses de un sector económico, como es la hostería, por delante de la salud me parece una aberración”, asegura, por lo que empatiza con medidas que están tomando algunas comunidades pero no tanto con otras. Y le preocupa que no haya una visión consensuada, incluso entre comunidades gobernadas por el mismo partido. Y como ejemplo pone a Castilla y León, donde se ha adelantado el toque de queda hasta las 20:00 horas— aún por encima de lo establecido en el estado de alarma— mientras la Comunidad de Madrid mantiene medidas más relajadas. “Para arruinar a la economía, conmigo que no cuenten”, declaraba este martes la presidenta, Isabel Díaz Ayuso.

"Castilla y León y Madrid tienen miradas diametralmente opuestas aún siendo gobernadas por el mismo partido. Yo estoy del lado de la protección de la salud por tanto comparto que se tomen las decisiones más drásticas posibles”, explica Manuel Franco.

“Adelantar el toque de queda en el estado de alarma pasa por tener un consenso en el consejo interterritorial. Son decisiones que tienen que tomar las Comunidades Autónomas y tenemos miradas diferentes. Castilla y León y Madrid tienen miradas diametralmente opuestas aún siendo gobernadas por el mismo partido. Yo estoy del lado de la protección de la salud por tanto comparto que se tomen las decisiones más drásticas posibles”, asegura Franco.

Este jueves la Comunidad Valenciana empezaba a echar el cerrojo de bares, restaurantes y cafeterías. Una comunidad que lidera el ranking de hospitalización, con el 39,25% de las camas con pacientes covid, y una de las ocupaciones de las UCI mayores del Estado, con un 57,5%.  Al mismo tiempo los hosteleros se echaban a la calle demandando medidas amortiguadoras, que, aseguran, por el momento no se han establecido.

“Hay que amortiguar las desigualdades sociales que pueden generar las medidas que tomamos. Ahí debe de haber una respuesta de apoyo del Estado”, expresa Carmen Vives

“Es malísima noticia para los hosteleros pero no tiene porque serlo. La economía y la salud nunca han estado reñidas y no deberían de estarlo. Yo creo que hace tiempo que hubiera sido necesario limitar el consumo interior. Ahora mismo no hay otra y creo que, junto al cierre de los comercios a las 18:00 horas de la tarde, son medidas muy oportunas”, expresa a El Salto Carmen Vives, catedrática de medicina preventiva y salud pública de la Universidad de Alicante. Ahora bien, indica que estas medidas deben de ir acompañadas de un colchón de ayudas. “Hay que amortiguar las desigualdades sociales que pueden generar las medidas que tomamos. Ahí debe de haber una respuesta de apoyo del Estado”, añade. En este sentido, Franco pone un ejemplo de buenas prácticas. “En Alemania al dueño de un bar que tiene que cerrar se le paga el 75% de su caja”.

Medidas de apoyo social

“La situación es grave, las Comunidades Autónomas que han reaccionado lo están haciendo más lento de lo que deberían, deberían haber tomado esas decisiones hace dos semanas. Ha habido una apuesta por salvar la Navidad, que tiene que ver con el consumo navideño”, se queja Javier Segura, médico salubrista, epidemiólogo y vicepresidente de la Asociación Madrileña de Salud Pública (AMASAP). “A mí me parece que antes del confinamiento domiciliario, el cierre de la hostelería es el paso que hay que dar”, expresa. “Tenemos que intentar conservar la actividad docente, los centros educativos abiertos, apoyar el teletrabajo, el que sea excepcional el trabajo presencial”, expresa este epidemiólogo mientras añade: “Ahora bien,sabiendo que hay muchos grupos sociales que no pueden teletrabajar, cualquier medida que va a tener un impacto económico, como las medidas sobre la hostelería, debería de ir asociado a medidas de apoyo social y laboral que tampoco están claramente en marcha”, alerta.

“A mí me parece que antes del confinamiento domiciliario el cierre de la hostelería es el paso que hay que dar. Tenemos que intentar  conservar la actividad docente, los centros educativos abiertos y apoyar el teletrabajo”, expresa Javier Segura

En este sentido, Segura añade que, si llegara un nuevo confinamiento, debería de pensarse en las personas “con casas que no se encuentran en las condiciones adecuadas y el impacto generado en la salud mental de estas personas”. “Las alternativas habitacionales todavía no están resueltas”, avisa mientras facilita un ejemplo a imitar. “En Uruguay están desarrollando experiencias muy valiosas que están teniendo un éxito tremendo. Una de las claves es una red de centros de corta estadía, centros que están dentro de los barrios, habilitados para tratar de una forma integral a las personas que caen enfermas en situación de vulnerabilidad social y se hace atención también de salud mental. Hay abordajes comunitarios que hay que imitar y que realmente son una alternativa para estas personas que viven en condiciones que no permiten aislamientos”, explica.

Instrumentos para evaluar

El vicepresidente de AMASAP añade una variable que sería necesaria de cara a la tercera ola: Hay que mejorar los instrumentos para evaluar qué medidas son las más efectivas. “Cuando se dice que la mayor incidencia está en el ámbito familiar y social los datos aportados se basan en la investigación de los estudios de contacto y en este momento son muy deficientes. Los famosos rastreadores hacen un trabajo muy escaso y esto hace que prácticamente la mayoría de la investigación de las cadenas de contagio se limiten al ámbito más cercano. Hay un sesgo con la investigación en otros ámbitos como el laboral o el transporte público”, advierte.

“No tenemos datos solventes para saber cuál es la medida más adecuada. Es algo que se pidió al ministro Illa en septiembre pero no lo hemos conseguido”, cuenta Carmen Vives, quien pertenece al grupo de 20 especialistas que en verano publicaban un artículo en la revista Lancet exigiendo una evaluación independiente, realizada por expertos internacionales, de la gestión del coronavirus tanto del gobierno como de las Comunidades Autónomas. “Hay pandemia para rato”, alertaban entonces. “Hubo un primer borrador desde el consejo interterritorial pero ahí ha quedado. La idea era no solamente recabar datos por diferencias entre territorios, sino hacer algo constructivo para aprender de diferentes prácticas. Esto no se ha llevado a cabo y es un error que hasta estas alturas no se haya hecho. Nos daría bastante información que podría servir para mejorar la gestión en el futuro”, añade.

“Hay que aprender de todas las comunidades en diferentes momentos. Si algo nos ha pasado es que en todo momento diferentes Comunidades Autónomas lo han pasado mal y lo han pasado bien. Tenemos que compartir el conocimiento, muchas veces lo ha hecho bien Asturias y otras veces se les ha ido de las manos. No se trata de ser quién es más listo y quién es más tonto. La cuestión es cómo podemos aprender de los errores y de las mejores prácticas, ya llevamos para un año. Deberíamos ser más humildes para aprender de los aciertos de los otros. Necesitamos diferentes herramientas no vale la misma receta en todos los momentos”, concluye Manuel Franco.

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