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Los roles de género en el Congreso: las mujeres son limpiadoras y administrativas; los hombres son letrados y ujieres (08/03/2021).

"Muchas gracias, señora Guille", "muchas gracias, señora Cepeda". Y así, hasta un sinfín de veces, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, agradece a las trabajadoras del servicio de limpieza que desinfectan, intervención tras intervención, la tribuna de oradores. El papel de este personal, imprescindible, pero poco reconocido, cobró más visibilidad a partir del Pleno celebrado el pasado 18 de marzo, hace casi un año.

El Congreso retomaba su actividad presencial tras 15 días de parón obligado por la irrupción de la pandemia. A la imagen del Hemiciclo casi vacío se sumó la presencia de Valentina Cepeda, que aguardaba hasta el final de cada intervención para limpiar el atril, los micrófonos y las barandillas de las escaleras que dan acceso a la tribuna de oradores. Los pocos representantes políticos que pudieron acudir a la Cámara Baja ese día debido a las restricciones por la covid-19 agradecieron su labor con un emotivo aplauso, una imagen que quedará para siempre en la retina de esta empleada que lleva cerca de 30 años trabajando en el Congreso.

Desde entonces, en medio de la bronca política que se escenifica cada semana en esta Cámara, Valentina Cepeda es quizás la cara más visible de todo un colectivo que, tanto fuera como dentro de esta institución, tiene nombre de mujer. Y es que esta profesión, como muchas otras, no es ajena a la reproducción de los roles de género en las relaciones laborales, del mismo modo que el Congreso tampoco lo es a estas construcciones sociales.

Los datos sobre el personal de limpieza, copado prácticamente por mujeres, escapan del control de la Administración parlamentaria, ya que este servicio está adjudicado mediante contrato público a una empresa externa, como sucede con la restauración, parte del mantenimiento y otros servicios de la Cámara. Lo mismo ocurre con el personal eventual que asiste a los diputados. Si bien, la composición de los diferentes cuerpos de funcionarios y grupos profesionales de personal laboral permite dibujar un mapa exhaustivo sobre los diferentes roles de género en el Congreso.

Feminización del personal funcionario; masculinización del personal laboral

A tenor de los datos ofrecidos por esta institución a este medio, la presencia de mujeres en el personal funcionario es superior a la de los hombres: 61% frente al 39%, lo que supone una cierta feminización del personal funcionario. No obstante, la segregación horizontal está muy marcada en ciertos trabajos. Esto es, hay un 90% de redactoras, taquígrafas y estenotipistas; un 83% de técnico-administrativas; un 80% de administrativas; y un 68% de archiveras-bibliotecarias. Por otra parte, hay un 76% de ujieres, un 57% de letrados; y un 55% de asesores facultativos.

Con respecto al personal laboral, sucede lo contrario. La presencia de hombres es bastante más superior a la de mujeres: 71% frente al 29%, lo que conlleva a una masculinización de esta plantilla, en la que la segregación horizontal se acentúa en todos los grupos. De esta manera, la brigada de mantenimiento y las labores de programación están ocupadas en su totalidad por hombres. Además, hay un 90% de auxiliares informáticos y un 67% de médicos. Del otro lado, todas las traductoras e intérpretes son mujeres, así como lo son el 80% de las guías y el 67% de las ATS. Sólo hay paridad absoluta en el porcentaje referido a técnicos de prevención.

I Plan de Igualdad de las Cortes Generales

"No existen espacios diferentes en el funcionariado o en otras formas de contratación pública que eviten reproducir los roles de género en las relaciones laborales. Es verdad que hay empleos que tradicionalmente son asumidos por las mujeres al igual que otros específicamente lo son por los hombres. Ocurre en el Congreso también", cuenta a Público la vicepresidenta tercera de la Cámara Baja, Gloria Elizo.

La diputada de Unidas Podemos, además, forma parte de la Comisión de Seguimiento, constituida el pasado martes para velar por el cumplimiento de las medidas que se recogieron en el I Plan de Igualdad de las Cortes Generales, aprobado hace justo un año. Este órgano está compuesto además por otros miembros de las Mesas del Congreso y el Senado, y por representantes de la Administración parlamentaria, y del personal funcionario y laboral.

El marco jurídico que regula el empleo público parlamentario impide cualquier desigualdad por razón de género, por eso, la desigualdad entre hombres y mujeres en la sede de la soberanía popular es más reducida que en otros ámbitos laborales. Si bien, "hay una tarea importante que pasa por acabar con la identificación de funciones o empleos específicamente masculinos o femeninos", subraya Elizo.

En este sentido, señala que no hay que dejar de "promover y visibilizar esas deficiencias, ni de fomentar la movilidad y, sobre todo, denunciar como un problema social la segregación horizontal" que existe en este espacio, ya que "nos hace menos igualitarios, menos libres y perdemos la oportunidad de la plena integración de mujeres y hombres en plena libertad e igualdad", apostilla la vicepresidenta tercera de la Cámara Baja.

Cristalero y limpiadora

Patricia Cillero es miembro de la Confederación General del Trabajo (CGT) y una de las portavoces de la plataforma sindical del Congreso, que integra además a CCOO y UGT. Celebra que, por fin, las Cortes cuenten con un plan de igualdad, pues esta organización lo llevaba reivindicando durante años. Sin embargo, lamenta que este proyecto no sea extensible a otros servicios externalizados de la Cámara, como el personal de limpieza.

Esto impide que no se puedan recabar datos de las empresas ajenas al Congreso, ya que cada compañía cuenta con su propio plan de igualdad. No obstante, asegura que, como sucede en otros ámbitos, un hombre limpiador tiene una categoría salarial diferente (cristalero) a la de una mujer limpiadora, por lo que la remuneración será más alta para el primero. "En esa parte en la que se demuestra la desigualdad más tangible, no podemos llegar", sostiene. 

Tal como establece el Plan de Igualdad de las Cortes, se realizará un informe anual de seguimiento en esta materia. El de 2020 se publicará previsiblemente a lo largo de este mes. Por otro lado, se prevé la elaboración de protocolos para la prevención y actuación ante situaciones de acoso moral, sexual y por razón de sexo, orientación sexual o identidad de género.

Un 10% de las mujeres ha sufrido acoso

En cuanto a esto último, Cillero destaca la importancia de un registro para fomentar la prevención y actuación ante situaciones de acoso y aquellas de especial protección que afecten a las víctimas de violencia de género. "Llevamos años detrás de ello", dice. A tenor de los datos que se desprenden del plan de igualdad, tanto la mayoría de mujeres (64%) como de hombres (73%) que contestaron a una encuesta realizada para este informe, "creen que en las Cortes Generales no se dan actitudes o comentarios discriminatorios o machistas".

Asimismo, un 54% de las mujeres y un 65% de los hombres marcaron la opción de que "no creen que en las Cortes Generales se den o se hayan dado casos de acoso moral, sexual y/o por razón de sexo, porque el clima es muy igualitario". No obstante, cabe destacar que el 10% de las mujeres y el 3% de los hombres afirmaron "haber vivido situaciones de acoso moral, sexual o por razón de sexo", mientras que el 6% de mujeres y 10% de hombres manifestaron haberlo presenciado. Por último, el 70% de las mujeres y el 71% de los hombres encuestados señalaron que "no sabrían a quién dirigirse en caso de sufrir acoso sexual o acoso por razón de sexo".

Enlace relacionado Publico.es (07/03/2021).

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