2021, el año de los ERE que la reforma laboral del PP amparan (15/03/2021).

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Si el ERTE fue la palabra que definió 2020 laboralmente, el ERE será la de 2021. El año ha arrancado con el anuncio de despidos colectivos en grandes empresas que operan en el Estado español: NH Hoteles, cruceros Pullmantur, perfumerías Douglas, El Corte Inglés, Zara. Y en empresas clave para la industria local, como Tubacex en Euskadi y Bosch en Catalunya. Compañías que cerraron 2019 con beneficios y que aprovechan una situación inédita para recortar plantilla, cambiarla por entero o reformular incluso su modelo de negocio, al amparo de una reforma laboral impulsada por el PP que facilita los despidos y que el PSOE sigue negándose a derogar.

Las estadísticas anuales aún son un avance, faltan datos de las comunidades autónomas, por lo que abogados laboralistas y sindicatos ofrecen una imagen más pegada a la realidad: “Nos asomamos a la punta del iceberg”, indica Peio Igeregi desde ELA, el sindicato vasco mayoritario. “Los ERTE no están conteniendo la destrucción de empleo”, alerta desde Madrid la abogada laboralista Coral Gimeno. “Con plantillas organizadas es más fácil afrontar una situación difícil”, recuerda Iru Moner desde CGT Catalunya.

Los datos del paro no pueden esconder la realidad: ha aumentado en 527.900 personas y se han destruido 622.600 empleos en 2020, elevando la tasa al 16,1% a diciembre de 2020 (3,7 millones de parados), un incremento interanual de 2,35 puntos. El peor dato en democracia se alcanzó en 2012, con una tasa del 25,8% y seis millones de desempleados. Los ERTE no se computan como desempleo y el escudo social seguirá vigente hasta el 31 de mayo.

Pero el escudo, ¿funciona? Pullmantur, la filial española de la multinacional Royal Caribbean, ha propuesto un ERE para toda la plantilla de tierra: alrededor de 350 personas que ya se encuentran en ERTE, a excepción de 16 que realizan labores telefónicas de atención al cliente al 30 y 50% de su jornada. Pullmantur les ha ofrecido una indemnización de 30 días por año trabajado con el compromiso de pagarles solo diez, excusándose en que se encuentran desde junio en concurso de acreedores, a pesar de que están trabajando en un plan de viabilidad que se niegan a presentar al comité de empresa. En la mañana de hoy, lunes 15 de marzo, realizarán la segunda ronda de votación telemática entre una plantilla no sindicalizada y que, a todo correr, se ha organizado para demandar a la empresa, forzando a que Royal Caribbean se siente en la mesa de negociaciones y asuma su responsabilidad: que no despida o que pague, si despide. 

“No han presentado cuentas, ni activos ni pasivos, y 2019 fue el mejor año de Pullmantur en la última década, por lo que consideramos que el ERE no se ajusta a una realidad, sino a un plan de viabilidad oculto que pasa por un cambio de plantilla. Quieren echarnos por cuatro pesetas y reactivar la empresa con nuevas contrataciones previsiblemente más baratas”, argumenta una trabajadora que lleva doce años en la empresa, por los que solo recibiría una indemnización de 120 días, tres meses de sueldo. Si hoy firman el acuerdo, conseguir la nulidad en los tribunales será una quimera. 

La primera sentencia judicial ante la oleada de ERE en el País Vasco reconoce que la disminución persistente de ingresos no permite calificar como razonable la extinción de contratos, pero no declara su nulidad dado que se ha actuado de conformidad a la ley

Un ERE no razonable, pero sin nulidad

La primera sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco sobre la oleada de  ERE que asola a la industria vasca llegó el 9 de marzo a cuenta del cierre de dos plantas de la empresa automovilística Gestamp: “La disminución persistente de ingresos que hemos considerado acreditada […] no nos permite calificar como razonable o proporcional la medida extintiva de los contratos de toda la plantilla con cierre empresarial”, indica el auto. Sin embargo, añade que “no declaramos la nulidad del despido colectivo, puesto que se han observado escrupulosamente por la demandada las formalidades legales exigidas, se ha entregado la documentación legal y la que ha interesado la comisión representativa de la parte social, ha existido una auténtica negociación de buena fe”. Con la reforma laboral de 2012 en la mano no hay nada que hacer.

“Los ERTE son remar y remar para morir en la orilla”, resume Coral Gimeno, abogada que ha llevado a la Audiencia Nacional los ERE de Alestis e Indra. “Ha habido muy buena intención con los ERTE, pero no se están traduciendo en mantenimiento de empleo. Rara es la empresa que hace un ERE que no venga de un ERTE”, añade.

Para esta laboralista, el Gobierno ha desaprovechado 2020 para modificar los aspectos más lesivos de la reforma laboral de 2012 impulsada por el PP. “Actualmente, nos resulta muy difícil tumbar un ERE en tribunales. Antes la Autoridad Laboral debía autorizarlo; ahora basta con que escriban un informe”, explica. 

“Con ganar menos dinero, ya se justifica el ERE —prosigue—, ¿y cómo no vas a ganar menos dinero que en 2019? Reivindicamos que el factor decisivo para justificar los despidos sean las pérdidas. Sin pérdidas, un ERE no debería proceder”, añade Giménez, letrada del sindicato CGT.

Si en 2009 el Gobierno salvó a la banca, en 2021 salvará a empresas que ni siquiera necesitan ser rescatadas, a costa de los recortes sociales que exigirán los fondos Next Generation para cumplir los planes de déficit

Con fondos europeos no puede haber reforma laboral

“Necesitamos una reforma laboral urgente para modificar el procedimiento de despido colectivo para que impida despedir a empresas con beneficios”, coincide Peio Igeregi, responsable de negociación colectiva del sindicato vasco ELA. “Tiene toda la pinta de que 2021 va a ser un año muy complicado que no ha hecho más que empezar. Esto es la punta del iceberg, hay muchas empresas que aún están en ERTE y otras en situación de insolvencia, por lo que aún no han solicitado el concurso judicial”, advierte.

Considera que la reforma laboral no llegará, ya que los fondos europeos Next Generation están condicionados a recortes sociales para cumplir el plan europeo de déficit —el Pacto de Estabilidad y Crecimiento—. Si en 2009 el Gobierno salvó a la banca, en 2021 salvará a empresas que ni siquiera necesitan ser rescatadas, a costa de la clase trabajadora. “La situación requiere de acción política: no hay que regalar dinero a Iberdrola, se tiene que inyectar dinero para capitalizar y controlar empresas estratégicas y así evitar perder tejido producto y, a su vez, hace falta mucho dinero para una transición ecológica de verdad, y no eso que nos están vendiendo desde Europa y que hemos comprado voluntariamente”, añade Igeregi, muy crítico con la propuesta de adjudicación de los fondos europeos. 

Desde Catalunya, Iru Moner, secretario de Acción Social de CGT, también considera que a partir de mayo “habrá un alud de ERE, ya los empezamos a ver: 300, 500, 600 trabajadores. Douglas, Bosch, Coca-Cola, el ERE de la Nissan. Si hay plantillas lo suficientemente organizadas y con sindicatos que no se empequeñezcan ante la dirección de las empresas, es mucho más fácil afrontar estos expedientes de regulación de empleo, pero muchas veces vemos que se utilizan como una herramienta más para empeorar las condiciones laborales de los trabajadores”, algo que las estadísticas del Ministerio de Trabajo no reflejarán al terminar el año pero que las trabajadoras notarán desde el primer mes de su siguiente nómina.  

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