Salud bucodental, la gran olvidada (22/04/2021).

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Carteles en los que las personas muestran una blanca y bien alineada sonrisa adornan las vallas en las ciudades. Modelos de perfecta dentadura protagonizan las páginas publicitarias en las revistas. Quienes aparecen en la tele, lucen todos sus dientes, al menos a simple vista.

En las ficciones, a no ser que se quiera caracterizar a alguien muy pobre, los personajes principales no dejan ver el hueco desasosegante de una pieza dental ausente. Así, en nuestro imaginario del mundo, las personas tienen todos sus dientes. Y sin embargo, mucha gente no consigue cumplir con esta expectativa social: a lo largo de la vida los dientes se deterioran y no todo el mundo tiene los recursos suficientes para cuidarlos o reemplazarlos.

Según un estudio publicado en 2018, el 21% de las personas preguntadas afirmaba no ir al dentista por falta de medios económicos. Sin embargo, como refleja otro informe dirigido por el Consejo General de Dentistas y la Fundación Dental Española, el 65% de las personas se muestra preocupada por su salud bucodental y el 56% manifiesta tener algún problema en este ámbito. Hacer frente a caros tratamientos odontológicos —no cubiertos por la sanidad pública— con salarios modestos o directamente sin ingresos, debilita la respuesta ante estos problemas: así se apuntala la desigualdad y se empeora la salud de las personas.

En su apartado sobre salud buco-dental la última Encuesta Nacional de Salud de España, publicada en 2017, apuntaba a una mejora del estado de la dentadura de la población. Con todo, “siete de cada diez adultos tiene alguna pieza extraída o alguna pieza empastada, cuatro de cada diez lleva alguna prótesis y dos de cada diez tiene caries o le sangran las encías. En la población infantil, dos de cada diez ya tiene alguna pieza empastada y uno de cada diez tiene alguna pieza extraída o presenta caries”, enumeraba el documento. La mayoría de los tratamientos citados no se pueden hacer en la sanidad pública. Las estadísticas reflejadas en el documento demuestran la importancia de la clase social a la hora de acudir al dentista: “Se observó un marcado gradiente por clase social entre quienes consultaron al dentista en el último año (62,4% en clase alta I frente 38,7% clase baja VI)”.

“España dispone de una cartera de servicios públicos de salud oral que ha tenido y tiene un carácter limitado a la atención de patología aguda y la realización de extracciones dentales para adultos y prestaciones preventivas y restauradoras de caries en niños y adolescentes”

“España dispone de un Sistema Nacional de Salud con una amplia cobertura médica universal y totalmente subsidiada, pero con una cartera de servicios públicos de salud oral que ha tenido y tiene un carácter limitado a la atención de patología aguda y la realización de extracciones dentales para adultos y prestaciones preventivas y restauradoras de caries en niños y adolescentes”, explica Graciela Malgesini, investigadora de EAPN-ES (Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en España), organización que ha profundizado en la relación entre pobreza y acceso a la salud. Malgesini recuerda que la manera en que las diversas comunidades autónomas abordan la salud bucodental es diversa y difícil de ponderar por falta de datos.

Los modelos van desde el sistema mixto en el que el acceso se facilita a través de dentistas privados, el sistema mixto de tratamientos básicos en el sistema público y acciones más especializadas en el ámbito privado, o un sistema basado en el dentista público. "La diversidad entre autonomías y el ritmo al que todo cambia complejiza una lectura clara sobre la situación, sobre todo cuando no se cuenta con información periódica por norma general”, lamenta Malgenisi.

Autora del informe Género y Pobreza, Determinantes sociales de la salud y el acceso a servicios sociosanitarios de las mujeres, la integrante de EAPN-ES cita a la OMS para afirmar: “un porcentaje elevado de las enfermedades orales en la UE están determinadas por las desigualdades socioeconómicas entre los Estados miembro y, en cada uno de éstos, entre hombres y mujeres, así como por grupos sociales en función de sus ingresos, educación, ocupación, edad, lugar de residencia y etnicidad de las personas afectadas y por la falta de acceso a una atención sanitaria oral integral”.

La investigadora considera que es fundamental que la salud buco-dental “esté enfocada de forma preventiva y proactiva frente a las enfermedades, porque el impacto económico y social de intervenir cuando estas están presentes es mucho menos costoso en recursos y en vidas, que si no se hace”. La apuesta por la odontología preventiva es clara por parte de numerosos profesionales que entienden esta mirada como una forma de evitar agravamientos posteriores de la situación.

La importancia de tener dientes

H.A no es dentista pero ha aprendido demasiado de odontología en los últimos años. Español de origen sudanés, con el paso de los años sus problemas dentales han ido empeorando hasta el punto de tener que hacerse numerosos implantes. “No es solo implantar, todo es caro, un empaste ya es caro. Si la seguridad social se ocupase de estas etapas iniciales, luego los gastos no serían tan desorbitados con el pasar de los años, apunta.

“Tuve que contactar con muchas clínicas. La gente suele pedir dos o tres presupuestos, y como mínimo te encuentras con una media 1200 o 1300 euros por diente”. Para H.A lo que hay detrás es un negocio: “clínicas muy modernas y hábilmente decoradas, pero donde se te engaña. Ni siquiera los dueños son profesionales, muchas veces son bancos o inversores. Yo creo que es por eso que se han convertido en negocio: vas a una clínica, te dan un presupuesto, te ofrecen facilidades para pagar a plazos, entras en un negocio. Y es un dinero que mucha gente no puede pagar. El problema es que no se puede vivir sin dientes”.

Sin dientes no se puede hacer casi nada, H.A cuenta cómo un amigo suyo, mayor pero aún en edad de trabajar, ha ido perdiendo sus piezas frontales y no tiene medios para arreglarse la boca. Y es difícil que llegue a disponer de ellos, porque es precisamente esa falta de dientes la que le está dificultando tener trabajo. “En Europa, aproximadamente el 30% de los europeos de 65 a 74 años no tienen dientes naturales, lo que reduce su función y calidad de vida”, apunta Malgesini.

“Las clases sociales más desfavorecidas presentan mayores niveles de caries y necesidades de tratamiento periodontal y menores índices de restauración. Las personas con un menor nivel socioeconómico perciben un peor acceso a los servicios odontológicos”

Algunos conocidos de H.A han acudido a la asociación Karibu que ofrece un programa de salud bucodental. En concreto para personas africanas. Nicole, de la organización, explica cómo además de la gente joven que está llegando estos años, hay muchas personas mayores que ya residen aquí y que se encuentran en situación de  vulnerabilidad, muchas de ellas se enteran por el boca a boca de los servicios de Karibu. “Muchas personas españolas se ponen implantes pero eso no lo puede hacer esta población. Cuando pierden dientes, a parte de los efectos en su salud en general, es una frustración porque ya no eres tú, hay una parte de ti que ha cambiado, eso psicológicamente afecta a las personas”. Para Nicole, abordar la universalidad del acceso a este derecho es urgente y querría ver impulsando este debate a los propios sanitarios.

“Las clases sociales más desfavorecidas presentan mayores niveles de caries y necesidades de tratamiento periodontal y menores índices de restauración. Las personas con un menor nivel socioeconómico perciben un peor acceso a los servicios odontológicos y los utilizan más frecuentemente ante problemas agudos que de forma preventiva. (...) La prestación de servicios dentales en España es fundamentalmente privada, además con tendencia creciente. Sólo una persona de cada diez utiliza un servicio de odontología público y se hace sobre todo durante la infancia”, explica Malgesini. El escaso énfasis en la odontología preventiva tiene sus efectos: “La caries dental y la enfermedad periodontal grave son los principales factores que contribuyen a la pérdida de los dientes naturales”.

¿Un cambio es posible?

“Hay cosas que son perfectamente viables en la Comunidad de Madrid. El dentista puede ser gratis. Tiene la misma importancia en términos de salud que otras áreas”, decía el candidato a presidir la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias, recientemente. Durante la campaña, prometía una “cobertura universal de los tratamientos”. Ya en el acuerdo de gobierno firmado por PSOE y Unidas Podemos se apunta a la ampliación de la cobertura. El ministro Alberto Garzón señaló el pasado diciembre la intención de ir ensanchando la cartera de prestaciones para incluir primero a niñas y niños, y después a personas vulnerables.

Y es que si tu hijo o hija necesita varios empastes o, peor, una ortodoncia, es probable que tu economía se vea comprometida. “Creo que debería cubrirse 100%: son gastos muy altos durante mucho tiempo, incluso para procesos relativamente sencillos”, opina R.F. Cuando se planteó llevar a su hija al dentista habló con otras madres para constatar lo que se temía, que nada de lo que necesitaba para la niña estaba cubierto por la seguridad social. Y la ortodoncia había que ponérsela, “sino a la larga te puede traer problemas con la alienación de los dientes, con la mordedura, puede causar dolores, puede traer varias complicaciones”. De momento, van a gastar 2.000 euros.

“No es una cuestión estética, una dentadura sana y bien alineada es funcional”, apunta R.F.  “Que no cubran los blanqueamientos, pero las ortodoncias para los niños son muy importantes, el aspecto es muy importante para la integración social”, señala esta madre a quien le preocupa que muchas familias no puedan permitirse ese gasto: “hay gente que no puede pagar 200 euros al mes al dentista durante dos años para el niño”.  Al crecer, las cosas serán más difíciles.

La opción municipal

“El hecho de que determinadas prestaciones de salud bucodental no estén incluidas en la cartera de prestaciones pública ha supuesto una afectación en la salud bucodental con un claro sesgo de clase social, puesto que a menudo los servicios privados son inaccesibles para la población con privaciones socioeconómicas importantes”. Este texto se encuentra en la ley catalana de atención pública a la salud dental, aprobada el pasado octubre. El programa daría en principio cobertura a niños de hasta 14 años y a personas en situación de vulnerabilidad social o en riesgo de exclusión social.

Para Ada Colau que empiece a implementarse esta legislación es urgente. “No es competencia nuestra y lo tendría que estar ofreciendo ya la Generalitat”, afirmaba recientemente refiriéndose a la cobertura. Así, apremiaba a la Generalitat para que despliegue la ley para ampliar la cartera de salud pública. Mientras tanto, su ayuntamiento estaría abriendo su segundo centro de atención odontológica gratuita para personas vulnerables, ahora en el distrito de Nou Barris.

“Desde el punto de vista sanitario, EAPN-ES considera que se debe incorporar la salud bucodental integral dentro del catálogo de la Seguridad Social, de manera gratuita y universal”

El primero de estos centros, abierto en 2019, habría tratado a 2.080 vecinos derivados por los servicios sociales municipales y recibido más de 15.000 visitas en dos años y medio, según las cifras municipales. Sobre el perfil de las personas atendidas durante el 2020, un 54% fueron mujeres y mayoritariamente con edades comprendidas entre los 45 y 64 años. El propósito del ayuntamiento sería inaugurar para 2022, una clínica municipal abierta a toda la ciudadanía a precios inferiores a los del mercado.

En su estudio sobre acceso a salud y género, el equipo de Malgesini pudo entrevistar a 253 mujeres atendidas por entidades sociales: un 20% no seguía revisiones bucodentales. Una de ellas dijo: “Llego a fin de mes justo si no hay imprevistos. No alcanza para cubrir la salud dental, ni comprar calzados, sólo para los gastos fijos y la alimentación”, recuerda la investigadora. “Desde el punto de vista sanitario, EAPN-ES considera que se debe incorporar la salud bucodental integral dentro del catálogo de la Seguridad Social, de manera gratuita y universal. Esto beneficiará especialmente a las personas en situación de pobreza y exclusión, quienes sufren mayores problemas de salud oral y no pueden permitirse tratamientos privados”, afirma. Parece que la idea se va implantando poco a poco en la sociedad: algo necesario para que la salud dental deje de ser un quebradero de cabeza para tantas familias.

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