El cambio climático convierte al agua en el nuevo objeto de deseo de los inversores (27/08/2021).

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El agua, un bien cada vez más escaso debido al cambio climático, se ha convertido también en el nuevo objeto de deseo de los mercados. Un reciente informe de Mornigstar desvela que los fondos de agua han atraído unos 35.000 millones de dólares en activos bajo gestión, coincidiendo con una ola de sequía en el oeste de EEUU.

La fuerte captación de fondos se produce en concreto en un momento en el que California se enfrenta a un racionamiento voluntario de agua debido a la escasez que agota los embalses y amenaza las cosechas. EEUU también declaró la primera escasez de agua de la historia para el río Colorado, un proveedor clave tanto del propio recurso como de energía hidroeléctrica para los hogares y granjas de siete estados de EEUU y de México.

No obstante, no está tan claro que la proliferación de fondos de agua merezca la pena para los inversores a día de hoy.

“Es un nicho que existe desde hace tiempo, pero que sigue creciendo a medida que aumenta la preocupación por la escasez de agua inducida por el cambio climático y el interés por invertir en formas de adaptarse a ella o evitarla”, señala Bobby Blue, analista de investigación de Morningstar, en declaraciones recogidas por MarketWatch.com.

El problema para Blue es que los fondos de agua no son puramente sobre el agua. Además, a diferencia de la energía y la agricultura, ninguno de los 65 fondos de agua abiertos que sigue Morningstar invierte directamente en derechos de agua o proporciona una exposición directa al precio del agua.

“Más bien, invierten en empresas que los gestores de fondos creen que tienen exposición al precio del agua, ya sea a través de su venta, su tratamiento o su uso como insumo”, apunta Blue, lo que puede dar a los gestores demasiado margen de maniobra para decidir qué se ajusta a la cuenta. “Hay innumerables formas de justificar una inversión para que influya en la disponibilidad de agua limpia, y esta flexibilidad, ejercida a discreción del gestor, conduce a un amplio menú de inversiones”, explica el experto.

Las líneas difusas también dificultan el seguimiento de las inversiones centradas en el agua, sin indagar en cada cartera para examinar sus participaciones. Más allá de las principales inversiones, Blue sostiene que la conexión con el agua “se diluye”. Por ejemplo, hay varios fondos cotizados con nombre de agua que mantienen una exposición considerable a las acciones de Waters Corp, que lleva el nombre de su fundador John Waters, pero con poca exposición al recurso natural. Otros gestores de fondos de agua invirtieron en Nike o Hyatt Hotels Corp, basándose en la opinión de que esas empresas se han convertido en líderes en eficiencia hídrica.

“Aunque eso es loable, no son empresas de agua”, destaca Blue a Marketwatch.com.

Además, a pesar de sus “composiciones eclécticas”, los fondos de agua a menudo “tienen un precio elevado” en términos de comisiones, pero al mismo tiempo ofrecen a los “inversores una exposición a la renta variable simple”, por lo que a menudo “se mueven al ritmo de los índices de mercado amplios”.

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