El teletrabajo no ha llegado para quedarse: de la presencialidad al modelo híbrido (11/09/2021).
Después de más de un año de pandemia por el coronavirus y confinamientos varios, la vuelta al trabajo en septiembre está siendo un regreso no solo a la actividad, sino también al lugar de trabajo. Es momento de reflexionar sobre el teletrabajo, sus ventajas e incovenientes o en qué casos resulta una trampa para la conciliación.
La mayoría de las empresas están pidiendo estas semanas a una parte de sus plantillas que vuelvan físicamente al puesto de trabajo, así que lo que se dibujó como el futuro -trabajar desde casa- se está desdibujando en el presente.
¿Se ha deshinchado el entusiasmo por el teletrabajo? ¿Qué dicen los datos?
El entusiasmo inicial se ha deshinchado. Vivimos un pico en el segundo trimestre de 2020, cuando el 94% de las grandes empresas y el 72% de las pymes implantaron el trabajo en remoto por la pandemia, según un estudio de Vodafone. Desde entonces, ese trabajo a distancia no ha parado de menguar y a día de hoy, lo que queda es o un recuerdo o un modelo híbrido, en el que algunos días se acude a la oficina.
¿Cómo están ahora las empresas? ¿Qué modelos de trabajo rigen?
La realidad que se ha impuesto es la de ese modelo híbrido, es decir, se admite el teletrabajo algunos días, pero se exige la presencialidad otros. Y a partir de ahí, se puede ser más o menos híbrido.
Las grandes empresas, las más tecnologizadas, están regresando al 50% y permiten hasta el 60 y 70% de teletrabajo. Hay compañías tecnológicas como Everis, con 16.000 empleados, que incluso permiten a sus trabajadores votar cómo trabajan..
Ahí están también Telefónica, el Santander, pero no todas las grandes apuestan por el teletrabajo. JP Morgan fuerza a sus empleados a volver, Google, Apple, Amazon, Facebook, oficialmente dicen que no, pero penalizan a sus trabajadores si optan por el teletrabajo.
Al otro lado, las pymes. En España son casi el 99% del tejido empresarial y la mayoría exige más presencialidad.
Así que el teletrabajo sigue aquí, sí pero menguado. Lo más que se puede decir es que hay un modelo híbrido, más o menos presencial, en función de la actividad que se desempeñe.
¿Y la administración pública? ¿Han vuelto al trabajo los funcionarios?
La respuesta en su enorme mayoría es que sí. La ley y los cálculos decían que el 61% de los funcionarios iban a teletrabajar después de las olas de la pandemia. Sin cifras oficiales sobre la mesa, las fuentes consultadas dicen estamos a años luz de esa cifra.
El teletrabajo ha menguado y con él, todas las herramientas como esas vídeollamadas que eran parte de cada día y que también están decayendo. Teams, de Microsoft ha llegado a multiplicar por tres su tráfico y a sumar 45 millones de horas al día.
Zoom se llegó a convertir en una de las empresas más valiosas del Nasdaq, el índice bursátil tecnológico americano. Y si uno suma Microsoft Teams, Zoom, Google Meet y Cisco Webex se alcanzan 300 millones de usuarios.
Esas valoraciones se han desinflado ya. Zoom valía 568 dólares por acción. Hoy vale 299, un 47% menos. Quienes lo han regulado en España dicen que esto es normal. Vivimos el teletrabajo de trinchera, el de salir como se pudiera por el confinamiento y este es el nuevo teletrabajo de la normalidad, menguado..
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