La máxima expresión del apartheid sanitario tiñe la actualidad africana (04/12/221).

  • Imprimir

Suenan los portazos que han seguido al descubrimiento de una nueva variante de la Covid19. Las científicas sudafricanas corrieron a alertar al mundo de esta nueva amenazas y se les ha pagado con castigos. Sudáfrica y sus ciudadanos y ciudadanas pagan las consecuencias de una situación de desequilibrio que se ha cronificado durante la epidemia. Los países del sur de África y de otros rincones del continente han ido a parar a una lista negra, en lugar de recibir apoyo para poder ejecutar definitivamente la vacunación masiva de su población. Pero los equilibrios de las relaciones internacionales se están reestructurando y poco a poco se verán las consecuencias.

Omicron: dícese del paradigma de la asimetría de la Covid19

Pronto se ha olvidado la consigna de la OMS de referirse a las nuevas variantes detectadas de la Covid19 con las letras griegas. La última gran amenaza es la variante sudafricana. Y como gran amenaza, Omicron (que esa es la manera adecuada de referirse a esta nueva cepa) debe ser arrinconada. Una doctora sudafricana Angelique Coetzee alertó de la detección de una nueva variante del virus y la reacción ha sido inmediata en el norte global. Se ha aplicado una doctrina ya conocida (aunque una y otra vez se ha revelado como inútil): cerrar puertas. Y además se ha trasladado todo el resto de los lastres tradicionales: el portazo se aplica a todos los países del sur de África, con una tendencia a ir proyectándose hacia el norte, para volver a tratar a todo el continente sin distinción. De momento las restricciones salpican a Sudáfrica, Mozambique, Esuatini, Lesotho, Malawi, Botswana, Zimbabwe o Namibia, entre otros, pero también a estados que no se encuentran tan al sur como Nigeria o incluso Egipto, por mencionar algunos.

Una doctora sudafricana Angelique Coetzee alertó de la detección de una nueva variante del virus y la reacción ha sido inmediata en el norte global. Se ha aplicado una doctrina ya conocida: cerrar puertas

Hasta Twitter se ha dado cuenta del despropósito y circulan los muy gráficos diagramas en los que se comparan los países en los que se han detectado casos de Omicron (muchos de ellos en el norte global), con aquellos sobre los que se aplican las prohibiciones de desplazamientos (todos ellos de África Austral y Central). O se comparan los datos de casos activos de Covid19 en los países de los que no se puede salir, con aquellos que imponen la prohibición. También es cierto que en las redes también se comparten las interpretaciones pretendidamente humorísticas del nuevo descubrimiento que no dejan de ser catálogos de los más chuscos estereotipos.

Los servicios de salud sudafricanos actuaron con responsabilidad y con diligencia y alertaron de la aparición de una nueva variante de la Covid19 y el resultado ha sido el más absoluto bloqueo, el tratamiento que se reservaba hace ya siglos a los apestados… sí, a las víctimas de aquella otra pandemia global. Cuando los enfermos son más pobres, o más débiles el tratamiento sigue siendo el aislamiento. La doctora Ayoade Alakija, corresponsable de la Africa Vaccine Delivery Alliance, lo expresaba de manera gráfica: “Si el virus se hubiera originado en África, el mundo nos hubiera encerrado y tirado la llave”. Igualmente evidente era uno de los titulares de la BBC: “Sudáfrica ‘castigada’ por detectar la nueva variante Omicron”. Porque la indicación de la OMS de no poner a las nuevas cepas nombres de países tenía muchos motivos, uno de ellos no estigmatizar a un territorio; otro, que es casi imposible (o en todo caso, inútil) saber dónde se han originado las variantes.

En todo caso, ninguna de las reacciones han supuesto una apuesta clara por reforzar la vacunación en los países que han sido bloqueados. Curiosamente, la mayor parte de las valoraciones señalan que la falta de vacunación podría ser un escenario ideal para la multiplicación de las mutaciones y lo seguirá siendo en el futuro, más allá de Omicron.

Un convoy que desvela el sentimiento antifrancés del Sahel

Salió de Abidjan, la capital de Costa de Marfil, para dirigirse oficialmente a Gao, en pleno corazón del Sahel maliense. Un convoy logístico de las fuerzas armadas francesas vinculado a la operación Barkhane ha convertido este recorrido en un auténtico via crucis que ha permitido desvelar las posiciones más firmes del sentimiento antifrancés que se extiende en la región. De momento, el balance de este itinerario ha sido de tres manifestantes muertos, una veintena de heridos, al menos, y una crisis política que ha impactado en algunos gobiernos que no se encontraban en su mejor momento.

El convoy atravesó el territorio marfileño con una considerable calma, a la vista de lo ocurrido después, gracias a la discreción con la que empezó su recorrido. Sin embargo, cuando entró en suelo burkinés el viaje empezó a convertirse en pesadilla. Primero en Bobo-Dioulasso y después en la capital Ouagadougou, la comitiva se encontró con manifestaciones de rechazo, demostraciones que afeaban la presencia de tropas extranjeras en sus países y que reclamaban a su gobierno la defensa de la soberanía burkinesas. Estas protestas coincidieron con una ola de duras críticas al presidente del país Roch Marc Christian Kaboré, por su incapacidad para luchar contra la violencia de los grupos armados que acababa de provocar uno de los ataques más letales de los últimos años con más de medio centenar de víctimas en Inata. Pero el paso de la comitiva militar por el país de los hombres íntegros se complicó aún más cuando se dirigió hacia el norte. En Kaya, el convoy fue absolutamente bloqueado por los manifestantes e incluso se produjeron salvas y disparos al aire para dispersar las concentraciones. Los agravios enrarecieron el clima político del país, que llevó incluso a que el gobierno bloqueara durante ocho días las conexiones móviles e Internet.

Un convoy logístico de las fuerzas armadas francesas vinculado a la operación Barkhane ha atravesado el Sahel suscitando manifestaciones de rechazo en Burkina Faso y Níger, desvelando así el sentimiento antifrancés que se extiende en la región

En Níger, fue donde se produjo el choque más grave. El pasado 27 de noviembre, tres manifestantes fueron asesinados en la localidad nigerina de Téra, cerca de las fronteras con Burkina Faso y con Mali, por las balas disparadas desde el convoy y otros 18 resultaron heridos. Todavía no se ha llegado a esclarecer si los disparos fueron realizados por los militares franceses que custodiaban el convoy o por los gendarmes nigerinos que lo escoltaban. En todo caso, el incidente ha torpedeado la posición de Mohamed Bazoum, al que se reprocha una excesiva laxitud a cambio del apoyo de Francia. Francia, por su parte, se ha volcado últimamente en el acompañamiento del gobierno de Níger, donde tiene unos de los principales intereses económicos de la región, las minas de uranio.

Los intereses de China en África siguen subiendo escalones

China ha sido “invitada” a ayudar a que la paz se instale en África subsahariana. Ha ocurrido durante el Octavo Foro de Cooperación China-África (Focac) que se ha celebrado en Dakar, la capital de Senegal, entre el domingo 27 y el martes 30 de noviembre. El encuentro ha contado con la presencia del presidente chino, Xi Jingping, lo que da una idea de la importancia que el gigante asiático da a su relación con el continente africano. No en vano, China es, al mismo tiempo, el principal socio comercial del continente y el principal acreedor de su deuda intergubernamental. El encuentro que estaba llamado a marcar un nuevo paso en ese largo camino de los intercambios sinoafricanos, ha consolidado las bases de lo que se ha considerado la “cooperación pragmática”. El presidente chino llegó a Dakar con un considerable paquete de anuncios debajo del brazo que hizo las delicias de los ministros presentes en la reunión y siempre en esa sibilina competencia que mantiene con la influencia del Norte Global. La más relevante, la promesa de una nueva donación masiva de vacunas. Mil millones de dosis, que llegan (o llegarán) cuando el dispositivo Covax se ha desinflado y no ha cumplido con las expectativas. Al mismo tiempo, se expresó la voluntad de mantener el intercambio comercial y, sobre todo, las inversión además de tratar la deuda de los países de una manera flexible incluyendo las condonaciones más urgentes.

Por otro lado, fue la propia ministra de exteriores senegalesa, Aissata Tall Sall, la que expresó el deseo de que China pueda ayudar a solucionar la crisis de seguridad por la que atraviesa el continente, lo que sitúa las relaciones entre China y África en un camino diferente al que hasta ahora se ha transitado.

Gambia ante el termómetro de su democracia

Mañana, día 4 de diciembre, se celebran elecciones presidenciales en Gambia, una auténtica prueba para el estado de salud de la democracia recién recuperada del pequeño país de África Occidental, que solo en 2017 se deshizo del poder autocrático de Yahya Jammeh. Resulta curiosa la situación ya que se trata de las primeras elecciones que se celebran sin Jammeh, ya que el actual presidente Adama Barrow fue elegido bajo el gobierno del anterior presidente, que, precisamente, demostró sus pocos hábitos democráticos al rechazar los resultados en los que sorprendentemente resultó derrotado.

Mañana se celebran elecciones presidenciales en Gambia, una auténtica prueba para el estado de salud de la democracia recién recuperada del pequeño país de África Occidental, que solo en 2017 se deshizo del poder autocrático de Yahya Jammeh

Jammeh se vio sacudido por la decisión de las urnas, sobre todo, porque seguramente no esperaba ser derrocado a través de unas elecciones organizadas por él mismo, con todo lo que eso implica en un régimen sin garantías democráticas, ni instituciones independientes, ni separación de poderes. Su negativa a no aceptar los resultados desencadenó un proceso de contestación y abrió una crisis que tuvo que ser solucionada mediante la intervención militar de tropas de la CEDEAO (la organización regional de África Occidental), una opaca negociación con el controvertido presidente y su salida apresurada rumbo a Guinea Ecuatorial, sin responder ante la justicia por los atropellos cometidos durante su gobierno.

Ahora las y los gambianos vuelven a estar llamados a las urnas en un clima de mayor libertad, pero al mismo tiempo de una considerable frustración, porque el gobierno de Barrow ha estado muy lejos de las expectativas despertadas por el nuevo ciclo democrático. Por cierto, solo a modo de anécdota, Gambia es uno de los poco países en los que no se vota con una papeleta sino que se introduce una bola en la urna del candidato escogido.

De nuevo, racismo y demografía de la mano

No es la primer vez que un líder político del Norte global, se esfuerza con relacionar la natalidad y la demografía en África con los problemas de “subdesarrollo” de los países del continente, sin embargo la del príncipe William podría considerarse una especie de doble salto mortal, en lo que a piruetas y acrobacias se refiere. “Se prevé que la población humana en rápido crecimiento en África aumentará a más del doble en 2050, un aumento asombroso de tres millones y medio de personas por mes. No hay duda de que este aumento pone a la vida silvestre y al hábitat bajo una enorme presión”, aseguró el miembro de la familia real británica sin inmutarse, durante la entrega de los premios Tusk de Conservación, en Londres. No es la primera vez que el príncipe William defiende estas posiciones que responsabilizan al crecimiento demográfico africano del deterioro de la vida salvaje en el continente. Y a partir de ahí, las críticas le han llovido al pretendiente al trono británico.

Los argumentos contra estos comentarios son recurrentes: las poblaciones que viven en contacto con la fauna salvaje son las que garantizan su conservación lo que demuestra que el problema no es el número sino los negocios vinculados a la depredación; el control de natalidad de las mujeres africanas no corresponde a los líderes globales (y menos cuando pertenecen a familias tan extensas como la familia real británica) o el conservacionista no parece preocuparse de la vida salvaje que los europeos han devastado en Europa (ni de la que siguen destruyendo en otros rincones del planeta), entre muchísimas otras. Algunos medios locales han mostrado su malestar y las redes sociales son un buen termómetro para tomar el pulso a estas críticas.

Enlace relacionado ElSaltoDiario.com (03/12/2021).