VIH, alcohol o violencia de género: la OMS hace por primera vez previsiones para Europa y no son muy buenas (12/03/2022).

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El informe sobre el estado de salud en la Región europea incluye diferentes escenarios para 2030 en cuestiones clave y avanza que la pandemia revertirá logros pese a que su impacto aún no es completamente visible. 

El impacto de la pandemia, dos años después de declararse a nivel mundial, aún no es "completamente visible" ni medible, pero la OMS sostiene que "revertirá" logros ya alcanzados y pone más peso a las dificultades que ya existen para llegar a los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030. Es una de las ideas que se desprende del nuevo informe sobre el estado de salud de la región europea, formada por 51 países, publicado cada tres años. El último es de 2018.

El estudio está atravesado por la crisis del coronavirus y en él se constata cómo ha golpeado a todos los sistemas de salud europeos. El esquema se ha repetido, con diferente intensidad en todos los países: cancelación de cirugías y tratamientos, falta de disponibilidad de camas por la avalancha de casos graves, suspensión de consultas... En 2020 quedaron interrumpidos el 40% de los servicios básicos de salud en Europa y aún en los primeros meses de 2021 el porcentaje alcanzaba el 29%, dice el informe, que también subraya las amplísimas desigualdades entre los países y el riesgo de que las listas de espera, lejos de normalizarse, sigan creciendo. 102 millones de personas se contagiaron entre el 24 de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2021 y 1,7 millones fallecieron a causa del virus.

La amplia radiografía de cuestiones clave de salud y sanidad incluye por primera vez proyecciones para 2030 que, en algunos asuntos, no son muy halagüeñas. Las previsiones se encargaron a la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington y se dividen en tres escenarios: el de referencia o el esperado, el mejor si se aceleran las políticas y el peor si se ralentizan. Los aspectos que se miden tienen que ver con indicadores de la Agenda 2030.

Se espera un escaso avance, por ejemplo, en la reducción del consumo de alcohol. De los 10 países con más consumo en el mundo, nueve pertenecen a la región europea, aunque entre los territorios hay abrumadoras diferencias (de los 0,9 litros de alcohol consumidos en Tajikistán a los 14,3 en la República Checa, según datos de 2019). La caída en la ingesta es muy lenta: de 2015 a 2019 se redujo de media en 0,3 litros. Y no se da ni mucho menos en todos los países. En España, por ejemplo, se incrementó el consumo en este periodo.

El informe confirma, eso sí, que la pandemia ha empujado hacia abajo el consumo fundamentalmente por los cambios en los comportamientos sociales, pero advierte de que podría repuntar. Las previsiones más pesimistas apuntan a una vuelta a los niveles de ingesta de 2008. Los problemas para avanzar se deben en una parte importante a las resistencias de la industria. La OMS recuerda que el alcohol es responsable del 10% de las muertes en la región europea y que por eso son fallecimientos evitables.

La pandemia del VIH/sida tampoco termina de dar tregua en Europa. La previsión para 2030, en el escenario más posible o de referencia, es que la incidencia se mantenga en los mismos niveles de 2010. Ni siquiera en el mejor escenario alcanzaría los objetivos de 2030, dice el informe. Solo hay dos regiones de la OMS donde los contagios están creciendo: una es la europea. Entre 2015 y 2019, las infecciones han crecido un 6% por cada 1.000 habitantes. La OMS avisa de que la crisis del coronavirus ha ralentizado el proceso hacia la eliminación de la pandemia de VIH/Sida con la reducción del 50% en los test durante los confinamientos y, por lo tanto, la caída en los diagnósticos y el inicio de tratamientos con antirretrovirales.

Estos fármacos deberían llegar al 95% de las personas infectadas en 2030 según los objetivos marcados por ONUSIDA, pero de media solo los toman un 64%, según el informe, con enormes desigualdades en función del país (la cobertura va del 47% al 91%). En general, la situaciones son muy dispares según el territorio, empezando por el diagnóstico (de 0 a 54,9 personas por cada 100.000 habitantes): la incidencia más alta se da en el este, seguida por el oeste y, por último, el centro, analiza la OMS.

Las proyecciones sobre la violencia contra las mujeres tampoco son buenas. Si bien no se augura un repunte, la previsión constata que la lucha para la erradicación de la violencia machista es un proceso largo, complejo y lleno de resistencias. En el mejor de los escenarios, el número de mujeres que sufren violencia de sus parejas o exparejas (la OMS solo se refiere a estas circunstancias) disminuiría un 5%. En el peor, aumentaría un 3%.

El informe de 2022 deja espacio para alguna buena noticia. Todos los países de la región europea de la OMS han alcanzado el objetivo de reducir la mortalidad materna a menos de 70 fallecimientos por cada 100.000 partos en 2030. La media es de 13.

Además, los niveles de mortalidad de los bebés recién nacidos y de los niños están en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible: el umbral son 12 y 35 muertes por cada 1.000 nacimientos y la media en esta región de la OMS es de 4 y 8, respectivamente. También se han hecho progresos en la mortalidad prematura por las llamadas "enfermedades no infecciosas", como las cardiovasculares, el cáncer o la diabetes, aunque el consumo de alcohol y de tabaco siguen siendo altos. Fuma el 26% de la población en Europa frente a la media global del 23,6%. La obesidad también sigue siendo un problema acuciante en la región europea: casi uno de cada tres niños y niñas tiene sobrepeso.

Enlace relacionado ElDiario.es (10/03/2022).