Los accidentes de trabajo son una cuestión de clase social (23/04/2022).

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La clase social es determinante a la hora de sufrir un accidente laboral. Los índices más altos se sitúan en aquellos colectivos con menores ingresos y baja cualificación laboral, llegando a multiplicarse por 235 la diferencia entre las incidencia mínima y máxima.

Esta es una de las principales conclusiones de un informe elaborado por CCOO sobre accidentes de trabajo y enfermedades profesionales que analiza las estadísticas oficiales de 2021 y su evolución en los últimos 10 años.

El estudio confirma que la siniestralidad laboral sigue estancada en nuestro país y las enfermedades profesionales permanecen ocultas por la infra notificación.

Las estadísticas son abrumadoras: desde 2012 se han producido más de 1.300.000 accidentes y más de 700 muertes por año.

Para Mariano Sanz, secretario confederal de Salud Laboral y Sostenibilidad Medioambiental de CCOO, “los datos siguen mostrando debilidades importantes en la salud y seguridad en el trabajo y, por tanto, es necesario impulsar políticas públicas decididas en materia de prevención de riesgos laborales que nos permitan revertir tendencias y avanzar en la mejora de las condiciones de trabajo en todos los ámbitos”.

Clase social, sexo, nacionalidad y precariedad son los principales factores para sufrir accidentes de trabajo.

El informe refleja que hay un 75% más de riesgo de sufrir un accidente de trabajo (también con resultado de muerte) en personas con contratos temporales. Los contratos fijos discontinuos muestran una incidencia mucho más elevada que los indefinidos.

El origen nacional también determina los niveles de siniestralidad. Las personas extrajeras que trabajan en España tienen una incidencia superior a la media, pero en determinadas nacionalidades como las personas procedentes de países africanos y una buena parte de latinoamericanas la siniestralidad se dispara.

La construcción es el sector con mayor siniestralidad, seguido a gran distancia por industria y sector agrario, mientras que los servicios es el único sector por debajo de la media. Las personas jóvenes se accidentan más, pero son las veteranas sufren más accidentes mortales, según el estudio.

En cuanto a la variable del sexo, aunque los accidentes de trabajo tienen un marcado perfil masculino ligado a las actividades y ocupaciones en las que se emplean, la incidencia de accidentes in itinere es mucho más alta en mujeres y las causas pueden situarse -explica el sindicato- en que el mayor porcentaje de contratos a tiempo parcial no deseados (más desplazamientos entre trabajos) corresponde a mujeres y en la mayoritaria asunción por parte de las trabajadoras de las tareas de cuidados de la familia y del hogar.

Enfermedades profesionales

Las enfermedades profesionales también tienen rostro de mujer. La incidencia de los partes comunicados en mujeres es superior a la de los hombres desde 2013, aumentando su diferencia hasta 2019.

El 84% de las enfermedades profesionales comunicadas son trastornos musculoesqueléticos. “Las Mutuas reconocen muy pocos casos del resto de grupo de enfermedad al estar asociados a procesos de recuperación más costosos”, señala el sindicato.

El subregistro y la infra notificación de enfermedades es uno de los principales problemas de la siniestralidad laboral en España, llegando incluso a empeorar con la pandemia como lo demuestra el hecho de que se hayan registrado 26.000 partes como accidentes de trabajo (la covid como contingencia profesional), mientras que el Ministerio de Sanidad reconoce cerca 180.000 diagnósticos en personal sanitario en ese periodo.

El cáncer de origen laboral sigue oculto en España. En 2021 sólo se comunicaron 51 casos, 35 de ellos con baja, cuando se estiman unos 10.000 nuevos diagnósticos anuales de cáncer de origen profesional en España. Esta alta incidencia de casos infradiagnosticados permanece inalterable en los últimos años privando a los trabajadores afectados de las prestaciones derivadas de la contingencia profesional.

El subregistro de enfermedades profesionales también muestra importantes diferencias por comunidades autónomas.

Navarra, La Rioja y Murcia son las comunidades con mayor incidencia, mientras que Catalunya, Andalucía y Madrid estén por debajo de media, siendo las de mayor volumen de población activa. Además, Catalunya y Madrid han retrocedido en su incidencia desde 2012 un -28% y -25% respectivamente, unos datos “preocupantes”, afirma CCOO

El informe también advierte del “agujero negro” que representan las enfermedades mentales. Los daños causados por los riesgos psicosociales no están en el cuadro de enfermedades profesionales y solo se han comunicado 72 partes de accidente de trabajo por trastornos mentales.

Por último, el estudio muestra como 2021 se sitúa como el segundo año con menor incidencia de accidentes de trabajo, incluidos los mortales. Aunque la incidencia de accidentes de trabajo con baja aumentó un 13,3% respecto al año anterior, el desplome en su notificación en 2020 por la pandemia y los cambios estadísticos introducidos en 2019, así lo demuestran.

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