Vecinas y sanitarias se plantan ante la Asamblea de Madrid para pedir la reapertura de las urgencias de primaria (18/06/2022).

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Aumenta la presión para que los Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) vuelvan a la vida en la Comunidad de Madrid. Hoy vecinas, vecinos, sanitarios, sanitarias y activistas sindicales han acudido hasta las puertas de la Asamblea de Madrid para exigir la reapertura de estos dispositivos, cerrados desde el 22 de marzo de 2020, con la excusa de que en su interior no se podían establecer circuitos de sucio y limpio durante los meses más duros del covid. 

Bajo el lema 'SUMMANDO Fuerzas' y mientras la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, niega la mayor y asegura que están abiertos, el colectivo de trabajadores del SUMMA, junto a vecindario de Carabanchel, Arganzuela, Villaverde o Vallecas y una veintena de plataformas y organizaciones sindicales, han presionado para la vuelta de estos 37 servicios de urgencias que atendían a la población durante las noches, los festivos y los fines de semana.

Con gritos de “Ayuso dimisión” y “Sanidad pública”, y sujetando pancartas que han pedido la reapertura de estos dispositivos, la protesta ha ganado enteros y ha ocupado la carretera tras la aparición de una columna vecinal llegada desde el centro de salud Campo de la Paloma en Vallecas, que ha sido recibida entre aplausos.

Los antaño trabajadores de los SUAP, que pertenecen al SUMMA, acababan el pasado día cinco de junio sus tareas de vacunación en el WiZink Center. Pero, entre quejas de la plantilla y de manera repentina, eran avisados de que no volverían a la casilla de salida y que serían trasladados hasta el Hospital de pandemias Enfermera Isabel Zendal, para proseguir con una campaña de vacunación que hoy camina a medio gas.

“En el transcurso de esta semana, los más de 200 trabajadores desplazados volvemos a realizar un número mínimo de vacunaciones: hasta ahora una media de unas 415 vacunas al día, con alrededor de 40 profesionales también por turno y día”, explican los trabajadores del SUAP en un comunicado.

Sanitarios y sanitarias que llevan cambiando de lugar de trabajo desde hace dos años. Este es el caso de Aida Boil, enfermera que trabajaba en el SUAP de Villalba. Tras su cierre, pasó a atender en coches de enfermería a domicilio de manera temporal. Después fue desplazada al hospital de campaña de IFEMA. Luego, a la campaña de vacunación del WiZink Center, de donde ha conseguido “escapar” para no ir al Zendal y quedarse en el centro de coordinación de alertas ocupando un sitio en una UVI móvil que trabaja 24 horas.

“En el SUAP se atiende a la gente de una forma más continuada. Hacíamos todo lo que no puede hacer atención primaria, con un seguimiento de las enfermedades de los pacientes y de sus heridas y es donde deberíamos estar”

“He conseguido escapar del horror que es el Zendal”, asegura a El Salto mientras celebra no tener que desplazarse hasta Valdebebas, el lugar donde se ubica el hospital de pandemias. “Hace cosa de cuatro años hicimos un traslado interno y elegí el SUAP porque era donde quería estar y es donde quiero estar. Era una forma de cambiar mi ruta, llevaba 13 años en las UVI de Madrid” relata quien pone en valor la atención que se daba en estos dispositivos. “En el SUAP se atiende a la gente de una forma más continuada. Hacíamos todo lo que no puede hacer atención primaria, con un seguimiento de las enfermedades de los pacientes y de sus heridas y es donde deberíamos estar”.

Boil, quien ha acudido a la concentración con la columna de vecinas que partían a pie desde el centro de salud Campo de la Paloma en Vallecas, añade más datos para ilustrar la eficacia de estos dispositivos. “En una UVI en una noche de mucho trabajo estás haciendo seis avisos. Una noche mala en un SUAP en Vallecas estás viendo a 30-40 pacientes como mínimo”.

Por ello, para esta enfermera, el cierre de los SUAP, forma parte de una estrategia. “Yo creo que es una forma de privatizar la sanidad, de decir que no somos capaces de llegar a los pacientes y que necesitamos de la privada para llegar. Cosa que no es real”.

“Estos centros cerrados desde hace más de dos años son un buen ejemplo de la degradación paulatina de la Sanidad Pública de Madrid que está realizando la Consejería de Sanidad”, avisan los trabajadores del SUMMA en el comunicado, mientras añaden que estos movimientos son muestra del desmantelamiento de la sanidad pública en la Comunidad de Madrid que aseguran era “previo a la pandemia y ha sido esta circunstancia tan extrema la que ha puesto de manifiesto la situación de precariedad en la que se encontraba”.

Por su parte, las vecinas de Villaverde, agrupadas en la asamblea de este barrio, permanecieron una semana acampadas frente al SUAP del Centro de Salud Los Ángeles y, en conversaciones con El Salto, constataban que habían sido testigos de que la población continúa asistiendo a las puertas de estos dispositivos durante las noches, y solo les recibe unas persianas bajadas y una derivación hacia las colapsadas urgencias del Hospital Doce de Octubre.

“Si los SUAP no abren, atención primaria se hunde. La sanidad pública tiene que estar unida”

Para Boil es muy importante la unidad en la lucha. “Si los SUAP no abren, atención primaria se hunde. La sanidad pública tiene que estar unida”, avisa quien ansía volver a su puesto en las urgencias de Villalba, donde eligió pasar sus próximos años antes de que la pandemia, y las decisiones políticas, cerraran sus persianas.

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