Catalunya afronta la jornada de huelgas en los servicios públicos más importante desde 2018 (26/01/2023).

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Mientras el Govern de Pere Aragonés (ERC) sigue sin firmar los presupuestos de 2023, sindicatos médicos, educativos y de clase han convocado diversas movilizaciones que confluyen hoy, a las que hay que sumar también el paro de los taxistas.

Catalunya afronta hoy la jornada de huelgas en los servicios públicos más importante desde 2018, con movilizaciones en la sanidad y la educación, que aún arrastran recortes de la crisis económica de 2010. A estas convocatorias se sumaron a última hora los taxistas, que reclaman que se aceleren las reformas legales para regular las plataformas digitales, como Uber y Cabify.

Se espera que esta mañana el centro de Barcelona se colapse con la marcha lenta de cientos de taxistas, mientras que la manifestación de personal sanitario y educativo cortará las calles que unen la plaza Sant Jaume y el Parlament de Catalunya —a las 11h—, mientras que la manifestación anunciada por el sindicato médico partirá a las 10h desde el Departament de Salut (Travessera de les Corts) hasta la plaza del Països Catalans. Los médicos están cansados y hartos —“Ho hem donat tot, no hem rebut res” es su lema—, por lo que piden mejoras laborales; el resto reivindica un incremento presupuestario para las dos principales patas del estado del bienestar, revertir los recortes practicados en 2010 y una sanidad y educación públicas y robustas, en vez de privatizadas y precarizadas. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, Catalunya es el territorio con menos asalariados en el sector público del Estado, con un 16,6%. La media es un 20,7%.

Además de la acumulación de convocatorias en los servicios públicos, a las cuales se solapa la convocatoria estatal de los letrados de la Administración de Justicia para reivindicar mejores sueldos para los 3.748 abogados que prestan servicio en juzgados y tribunales, la jornada también destaca por el caos de los llamamientos: ayer ya hubo huelgas y mañana también las habrá, pero es hoy cuando todos los sectores y sindicatos confluyen, aunque algunos tuvieron que retirar la convocatoria ante la amenaza de impugnación por parte de las 15 patronales sanitarias por un defecto de forma. Mientras, el Govern de Pere Aragonés (ERC) sigue sin firmar los presupuestos de 2023. 

Caos sanitario, pero cansancio generalizado

“Hoy será el día grande: la gran mayoría del personal de mi centro al que nos ha tocado cubrir los servicios mínimos queríamos secundar la huelga, y eso no suele pasar”, indicaba ayer Marta, una médica comunitaria de un CAP de Barcelona. Como muchas facultativas, esta doctora relaciona las diferentes movilizaciones de hoy y mañana con la huelga sanitaria de 2018, que logró paralizar centros de salud y el centro de Barcelona.

La convocatoria sanitaria de hoy resulta difícil de entender: de una parte, la Mesa Sanitaria —CGT, Usoc, Cos y otros colectivos— tuvo que desconvocar por un defecto de forma, mientras que la Intersindical también convocó para el día de ayer, y la llevó a cabo con un seguimiento oficial del 5% en Atención Primaria. 

Como viene siendo habitual en todos los territorios, armar una convocatoria fuerte en el sector sanitario es mucho más complicado que en cualquier otro: los sindicatos profesionales pueden determinar el éxito de las movilizaciones de sindicatos de clase. Metges de Catalunya —el sindicato médico— fue el primero en convocar la huelga de hoy y mañana, denunciando “la degradación del sistema sanitario” y centrándose en mejoras laborales. Mientras que Satse —el sindicato mayoritario de enfermeras— finalmente no convocó al considerar que hay negociaciones en marcha —mejoras salariales en la sanidad privada, sobre todo—, Infermeres de Catalunya sí participa en todas las movilizaciones.

Tanto Mònica Meroño como Néstor Sastre, de la Intersindical, valoraban ayer que estas convocatorias deben servir “para sacudir el sistema”, el cual “no ofrece la atención que merecemos”. 

Unidad educativa, finalmente

“De mi centro, solo secundaré yo la huelga”, indica a El Salto Sergio, profesor de Formación Profesional en la Barcelona metropolitana. David Caño, portavoz de Ustec, el sindicato mayoritario en la educación no universitaria, se alegraba de que hoy finalmente “todo el mundo estamos convocando la huelga en educación”, desde CGT a CC OO y UGT. Estos dos sindicatos sometieron a votación la huelga el lunes, y la afiliación la validó. Pero la pregunta ayer era si esta unidad en la educación había llegado demasiado tarde, a ello se acumulan los paros del pasado año, que consiguieron arañar mejoras del Departamento de Educación y evidenciar la gestión de su consejero, Josep Gonzàlez-Cambray.

El sector educativo celebró el curso pasado nueve jornadas de huelga para revertir los recortes de la crisis de 2010, “que se estaban convirtiendo en estructurales”, advierte Caño. Tras los paros, consiguieron que se contrataran a más de 3.000 profesores, que se reconocieran los sexenios y que los maestros de más de 55 años puedan reducirse dos horas lectivas a la semana, en un acuerdo revisable cada cinco años. Sin embargo, el proceso de estabilización de los interinos sigue pendiente, el Departamento no ha negociado el inicio del calendario escolar, no ha equiparado el salario de la Formación Profesional y no cumple con la propia ley catalana de educación (la LEC), que en 2017 estipuló que el presupuesto educativo debía aumentar del 2 al 6%. 

“Sigue en el 2%; 2,4% si incluyes las actividades de ocio”, indica el portavoz de Ustec. La falta de presupuesto “impide desplegar el último decreto de inclusión”, por lo que los centros que necesitan más profesionales para atender a alumnado con necesidades carecen de partidas económicas, “y el decreto se convierte en papel mojado”. 

“Es una irresponsabilidad que el Govern no apruebe los presupuestos —añade Caño—, está en minoría y, con quien quiera, debe llegar a acuerdos para firmarlos y que los aumentos consignados como gasto no se pierdan”, valora el portavoz, quien recuerda que Catalunya “hace mucho tiempo” que se encuentra en una “dinámica de privatización de los sectores públicos a través de concertaciones y consorcios público-privados”. El único hospital público de Barcelona con gestión pública es el Hospital de Bellvitge. Hay 19 hospitales en la comarca, alerta Òscar Murciano, responsable de Acción Sindical de CGT, sindicato que llamó a la huelga sin dudar. 

Una “cuestión práctica”

Catalunya es el territorio con menos funcionarios por habitantes del Estado, recuerda Murciano. “Desde los recortes de Artur Mas, el proceso constante y evidente de privatización del sector público nos han dejado la sanidad y la educación como una carretera sin mantenimiento: al principio vas tirando, pero después está hecha polvo”, compara. Las últimas movilizaciones permitieron contratar a más de 3.000 maestras y destinar 100 millones extra a la Atención Primaria. “Es una cuestión práctica: hay que movilizarse porque con cada una avanzamos”, concluye.

Desde la Marea Blanca de Catalunya la sensación de que las convocatorias “no se han podido preparar realmente bien” es inevitable, pero no lo tienen en cuenta: tanto la Marea como el Movimiento Pensionista acudirán a las movilizaciones. “Como movimiento ciudadano nos gustaría más unidad de acción, pero respetamos las decisiones de las trabajadoras y trabajadores y la independencia y autonomía de cada sindicato. Les tenemos que apoyar y por eso mañana estaremos en la plaza Sant Jaume”, resume su responsable de comunicación, Enric Feliu. Al fin y al cabo, a pesar del caos convocante y “aunque el tratamiento sea distinto, el diagnóstico es compartido”. 

Enlace relacionado y gráfico interactivo ElSaltoDiario.com 25/01/2023.