Muere Enrique de Castro, el cura rojo de Vallecas que dio cobijo a los marginados (17/02/2023).

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Dedicó sus más de 50 años como cura a ayudar a todo tipos de personas desde la parroquia San Carlos Borromeo.

Enrique de Castro comenzó su andadura como cura hace más de 50 años. Lo hizo de una manera peculiar. Acogiendo en su parroquia, en el barrio madrileño de Vallecas, a los rechazados de la Iglesia. Así, el centro pastoral de Entrevías, San Carlos Borromeo, se convirtió en la sede de asambleas para colectivos sociales en numerosas ocasiones. Sin embargo, ya no podrá seguir con estas acciones. A sus 80 años y tras una larga enfermedad ha fallecido. Por ello, este jueves, 16 de febrero, se celebrará su despedida en el crematorio de la Almudena a las 13.00 horas, según han informado desde la parroquia en la que tanto tiempo estuvo. 

Este sacerdote es conocido por su forma de actuar y las palabras que dirigía a sus seguidores. Tuvo varios enfrentamientos con la Conferencia Episcopal.

Más de 50 años como sacerdote en Madrid

Decidió ordenarse como cura en el año 1972. Fue ese el momento en el que decidió trasladarse hasta un barrio obrero. Para entonces, solo había un sacerdote en Vallecas y estaba buscando un compañero. Cuando la noticia llegó a sus oídos, decidió ir hasta allí. 

A su llegada, se encontró con unos vecinos que en su mayoría eran inmigrantes españoles procedentes de regiones como Extremadura, Andalucía o Castilla-La Mancha. Habían llegado a Madrid para trabajar. Y es que en aquella época estaba previsto convertir la zona en un gran cinturón industrial. Entre toda esa gente, que no tenía costumbre de acudir a misa con regularidad, halló un nuevo hogar

Un tiempo después, en los años 80, se trasladó a Entrevías. Allí llevó a cabo diferentes iniciativas que buscaban servir de altavoz para gente que no solía ser escuchada. El objetivo es que participasen en las ceremonias y que no fuese solo el cura el que hablase. Consiguió atraer a gente que no solía acudir a la iglesia habitualmente. No era una misa normal. Enrique de Castro trataba temas como el franquismo, la dictadura, la lucha de libertades o la justicia desde un punto de vista crítico. 

En conflicto con el Arzobispado

La manera de pensar y actuar de Enrique de Castro le llevó a tener varios enfrentamientos con el Arzobispado. En su parroquia acogió a jóvenes que se habían introducido en el mundo de las drogas. Algunos de ellos estaban intentando salir, otros no tanto. Con ello, llegaron las denuncias sociales y políticas que hacían desde el centro pastoral San Carlos Borromeo. Querían que las ayudas y la Iglesia llegasen también a las personas que vivían en la marginación.

Todo ello llevó a que se produjesen varios intentos de cerrar la parroquia. El Arzobispado mostró en aquel momento su disconformidad con el tono que Castro utilizaba durante las liturgias o algunos de los gestos que se producían durante las ceremonias. Un ejemplo puede ser el dar rosquillas en lugar de obleas. También se enfrentó a los altos cargos de la Iglesia con algunos temas controvertidos como el aborto, el uso de preservativos o el matrimonio homosexual. Los defendió ante unas jerarquías que se mostraban en contra de todo ello. 

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