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Todo lo que se sabe hasta ahora de la reforma de pensiones que llega este año (20/06/2021).

Primer paquete en 2021 y el grueso para 2022. El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, sigue perfilando los últimos detalles de una reforma que necesita urgentemente devolver la estabilidad al sistema de prestaciones.

En noviembre del pasado año, el Congreso dio luz verde al Pacto de Toledo con los votos a favor del PSOE, Unidas Podemos, PP, Ciudadanos, Junts, PNV y Coalición Canaria; ERC y EH Bildu se abstuvieron y el único grupo que mostró su negativa fue Vox. Esto suponía poner en marcha, por fin, la reforma de las pensiones, sobre la que se ha debatido durante los últimos cuatro años y nada menos que tres legislaturas. Ahora, más de medio año después de aquella jornada en la Cámara Baja, el Gobierno está a punto de aprobar la primera batería de medidas que se antojan harto necesarias para garantizar un sistema que llevaba ya tiempo caminando por la cuerda floja, con tasas de paro disparada entre los jóvenes (un 37,7% entre los menores de 25 años) y con una población cada vez más envejecida. 

El "punto más importante" de la reforma -según dijo el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, cuando tuvo que rendir cuentas en la Comisión del Pacto de Toledo el pasado abril- es garantizar el poder adquisitivo de las pensiones. Ha incidido también en varias ocasiones en la necesidad de reforzar y promover la actividad laboral de los trabajadores sénior, un asunto que -decía- no se ha promocionado lo suficiente en España. 

Cuándo se aprueban la reforma de pensiones

Y es precisamente sobre esos dos puntos sobre los que versará las primeras medidas de la reforma de las pensiones que, salvo sorpresa mayúscula, entrarán en vigor este mismo año, de forma que dejará el grueso para 2022. Eso sí, todavía deben pasar una serie de trámites, los últimos, y recibir el 'sí' por parte de los agentes sociales. A mediados de mayo, esto se preveía inminente (es "cuestión de días", llegó a decir Escrivá), pero entonces, el anuncio de que el factor de sostenibilidad incluido en la reforma de Mariano Rajoy de 2011 se derogaría en el segundo paquete y no en el primero, volvió a encallar el acuerdo. Ahora, se espera que la reforma aterrice en el Congreso en julio, que sería declarado mes hábil. 

El siguiente capítulo llegaría ya en el segundo trimestre de 2022, cuando la cartera de Escrivá espera que se apruebe el nuevo sistema de cotización a la Seguridad Social de los trabajadores autónomos por ingresos reales. Para entonces también se pretende tener lista la reforma de los sistemas complementarios de pensiones, que consiste en priorizar los planes de empleo en el marco de la negociación colectiva a través de un trato fiscal más favorable y en la creación de un fondo de pensiones de empleo de promoción pública.

Así las cosas, la reforma de pensiones de Escrivá arrancará con la revalorización de las pensiones vinculadas al IPC, una serie de incentivos a la jubilación demorada y una serie de penalizaciones para aquellos que opten por retirarse de forma anticipada (la edad legal de jubilación en 2021 está fijada en 2021 en 65-66 años, dependiendo del periodo de cotización). 

Pensiones vinculadas al IPC

Lo cierto es que en abril, la revalorización de las pensiones también fue objeto de un intenso debate, a cuenta del IPC negativo, entre los agentes sociales y Escrivá. Y es que a mediados de mes, la idea del ministro era la siguiente: revalorizar las prestaciones, según el IPC. En caso de que fuera negativo, se compensarían las tasas de esos años a lo largo de los tres siguientes. En la práctica esto supondría que las nóminas no bajarían, pero el poder adquisitivo ganado por la caída de los precios se descontaría posteriormente de la subida de la pensión. Es decir, no habría un recorte de las pensiones, pero no subirían tanto según la inflación. 

Finalmente, Escrivá acabó declinando esta idea y se comprometió con los agentes sociales a retirar esas compensaciones por inflación negativa. "Era un cambio imprescindible para avanzar en la negociación", dijeron entonces desde Comisiones Obreras. 

Ahora, con la nueva fórmula que llegará en los próximos meses, en caso de que el IPC sea negativo, la nómina no se compensará en los siguientes ejercicios, sino que directamente ese año quedará congelada. Las pensiones mínimas quedarán exentas de esta propuesta, pues no se compensará en sus nóminas la inflación negativa. 

Incentivos a la jubilación demorada... 

El primer paquete de medidas también llega con una serie de incentivos a la jubilación demorada que plantea la reforma, mediante un 'cheque' de hasta 12.060,12 euros en un pago único a quienes se retiren más tarde de la edad legal. Respecto a este, se ofrecerán hasta tres tipos de incentivos, entre los que el trabajador podría elegir, favoreciendo la máxima flexibilidad para cada persona. 

La primera opción sería la de un porcentaje adicional de la pensión del 4% por cada año de demora; la segunda un pago único (de hasta 12.060,12 euros por año de demora para las carreras superiores a más de 44 años y medio) y una tercera que consistiría en una combinación de ambas. 

Eso sí, hay que tener en cuenta que la eventual transferencia directa anual bajaría hasta alrededor de los 7.000 euros para un trabajador tipo. Y es que, con datos de la nómina de marzo, los nuevos jubilados mayores de 65 años cobran de media 1.276 euros mensuales (17.864 anuales), de modo que, según la simulación realizada por la Seguridad Social, el cheque por cada año de retraso en la jubilación se situaría en unos 7.000 euros, que se incrementarían en torno a un 10% para los trabajadores que hubieran cotizado más de 44,5 años, de acuerdo con la referencia fijada por Escrivá.

... Y penalizaciones a la anticipada

Por último, y para seguir favoreciendo la actividad de los más mayores, tal y como decíamos al principio, la reforma traerá consigo una serie de cambios para alinear la edad real con la edad legal. La fórmula será un nuevo esquema de coeficientes reductores que penalicen el retiro anticipado. En la actualidad, estos se aplican sobre la base reguladora de las prestaciones y se calculan por trimestre de forma progresiva.

La propuesta de Escrivá es que esos coeficientes se apliquen directamente sobre la pensión final, evitando así la penalización mínima en trabajadores que opten por la jubilación anticipada y tengan una pensión alta. Asimismo, aumentarán los coeficientes para los que se retiren con mayor tiempo de antelación y tengan largas carreras de cotización. 

La nueva fórmula divide los tipos de coeficientes en función de dos factores. Por un lado, el número de años y meses cotizados: menos de 38 años y seis meses; más de 38 años y seis meses y menos de 41 años y seis meses; más de 41 años y seis meses cotizados y menos de 44 años y seis meses; más de 44 años y medio cotizados.

Por otro lado, se tiene en cuenta el número de meses de anticipo con los que se accede a la jubilación. Estos van desde un mes hasta los 24, y cuantos más sean más alto será el porcentaje del coeficiente reductor y, por tanto, el recorte en la pensión.

De este modo, un trabajador con menos de 38 años y seis meses cotizados sufrirá un coeficiente de un 21% mientras que el actual sería del 16%. Lo mismo ocurrirá con los trabajadores con más de 38 años y 6 meses cotizados y menos de 41 años y seis meses, cuyo coeficiente se incrementará del 15% actual al 19%. Las tablas siguientes muestran estos datos. El Gobierno redondea a un decimal los porcentajes, de forma que en la tabla de más de 38 años y seis meses cotizados, donde pone 1,9% en coeficiente actual, el coeficiente real es de 1,875%... y así sucesivamente.

Enlace relacionado LaInformación.com 18/06/2021.

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