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“La Comunidad de Madrid es el salvaje oeste en materia de vivienda” (12/07/2021).

La portavoz adjunta de Unidas Podemos en la Asamblea censura la gestión del PP, que convierte Madrid en “el laboratorio del neoliberalismo ladrillero”.

“Madrid está en las antípodas de lo que se tiene que entender por una gestión eficaz de la vivienda”. Así lo ve Alejandra Jacinto, portavoz adjunta de Unidas Podemos en la Asamblea autonómica, que carga contra la gestión del PP en esta materia estos últimos años. En su opinión, puede resumirse en que los populares han convertido la región en “un laboratorio de neoliberalismo ladrillero”. Según destaca la diputada morada en una entrevista a EL BOLETIN, “Madrid es la única autonomía sin una Ley de Vivienda”. Y lo es, apunta, para permitir que esto sea “el salvaje oeste en materia de vivienda. Un sálvese quien pueda”.

La portavoz adjunta de Unidas Podemos en la Cámara madrileña defiende la necesidad de aprobar cuanto antes la nueva de Ley de Vivienda estatal. “Hay vidas en juego”, recuerda, y manda un mensaje al PSOE. “El Partido Socialista se tiene que decantar y tiene que tener claro a quién se debe”, afirma, “si a sus propios votantes o a los intereses económicos”.

-¿Qué frena la aprobación de la nueva Ley de Vivienda?

La Ley de Vivienda estatal es una demanda social que llevan muchos años los colectivos en defensa del derecho a la vivienda planteando después de la crisis de 2018 y el estallido de la burbuja inmobiliaria, que se consumó en un atropello brutal contra los derechos humanos. Ya en 2013 la PAH presentó una iniciativa legislativa popular para que se legislara y se hiciera una ley. En 2018 se volvió a llevar al Congreso otra proposición de ley. Finalmente, con la moción de censura esa iniciativa decayó y ahora el Gobierno anunció que esta legislatura iba a ver una Ley de Vivienda. ¿Qué sucede?

No es nada nuevo que PSOE y Podemos tienen planteamientos diferentes en multitud de cuestiones y en la Ley de Vivienda hay algunos temas en los que todavía no hemos alcanzado un acuerdo definitivo. En particular, en el tema de la regulación de los alquileres. Mientras que desde Unidas Podemos planteamos una cosa de sentido común, que es que en un momento de burbuja en los precios hay que establecer mecanismos que permitan bajar las rentas, el PSOE plantea una serie de incentivos fiscales que, desde nuestro punto de vista, no acaban con el problema de fondo, que es que las personas accedan a una vivienda a precios razonables. El dinero que no se destina al pago de los alquileres va destinado a activar el consumo.

Estamos todavía en negociación. Desde Unidas Podemos tenemos claro que el tema de la regulación de precios tiene que estar en semejanza con cómo se ha planteado con la ley de contención de rentas autonómica en el Parlament de Cataluña, que está funcionando. El domingo conocíamos que en aquellas zonas tensionadas en las que se ha aplicado se ha conseguido disminuir los precios de los alquileres hasta en un 5% y se ha aumentado la oferta de contratos firmados. No sucede nada de lo que dicen aquellos que están portavoceando los intereses de fondos de inversión, de grandes rentistas, de grandes propietarios. Es una cuestión que tenemos que fijarnos en Europa, nos llevan la delantera en vivienda y los principales países potencias económicas llevan regulando los precios: Berlín, Suecia, Francia… Vamos a seguir insistiendo para llegar a un acuerdo, que estoy convencida que acabaremos alcanzando, igual que hemos conseguido con el resto de leyes.

-Si son medidas que funcionan, ¿a qué achaca los peros, los recelos a que se implante ya?

Lo achaco a que hay una serie de intereses económicos fuertes y con bastante poder que están diciéndole al PSOE que no debe ceder, que eso perjudica sus balances económicos. El Partido Socialista se tiene que decantar y tiene que tener claro a quién se debe: si a sus propios votantes o a los intereses económicos de un oligopolio financiero conformado dentro de la patronal inmobiliaria y todas sus derivadas. En cuanto el PSOE pueda resolver esa contradicción tendremos la respuesta. Creo que el lobby inmobiliario tiene mucho poder, pero antes que eso tienen que estar los intereses de la gente. Por otro lado, en el tema de la vivienda es importante saber que la regulación de las rentas es una medida que hay que poner en marcha de forma coyuntural por la emergencia que estamos viviendo, pero hay otras medidas estructurales que también se deben abordar.

-¿Qué más habría que hacer? ¿Qué sería lo indispensable?

Hasta que consigamos un parque de vivienda considerable, que se asemeje al de los países europeos, al de capitales como Viena, que tiene un 20% frente al 1,5% que tenemos en España. Hasta que consigamos un parque de vivienda protegida sólido, que no tiene que pasar únicamente por apostar nuevamente por la construcción de vivienda social, sino que también los actores privados deberían colaborar y entidades como la Sareb tendrían poner parte del parque público, hasta conseguir eso hay que hacer medidas de emergencia. Por un lado, la regulación de rentas; por otro, la prohibición de los desahucios sin alternativa habitacional adecuada.

Es muy importante el apellido de adecuada, porque la solución de vivienda no debería pasar por un albergue o de estancia temporal muy corta. Además, es un mandato que nos ha dado ya Naciones Unidas. En concreto, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales hasta en seis ocasiones se ha pronunciado sobre el estado de la vivienda en España y ha dictaminado que no se deben producir desahucios sin alternativa habitacional adecuada.

La medida estructural, sin duda, es la de aumentar el parque público de vivienda incorporando parte del parque que pongan encima de la mesa actores privados. Hay que ver el instrumento jurídico más adecuado para incentivarlo. También sería indispensable, en la Ley de Vivienda estará sin duda, combatir el fenómeno de la vivienda vacía, que contraviene una cuestión que está en la Constitución, que es la función social de la propiedad privada. La propiedad privada es un derecho fundamental, pero como todo derecho tiene unos límites y nos lo da la función social de la misma. La vivienda tiene que tener como objetivo último darle el uso para el cual se crea, más allá del especulativo que se plantean desde otros sectores o partidos. Ahí también vamos a incluir la posibilidad de generar un impuesto, un instrumento fiscal para desincentivar el mantenimiento de la vivienda vacía, que es uno de los factores que más contribuye a la generación de burbujas especulativas. El que acapara vivienda esperando a que suban los precios está contribuyendo a que aumenten los precios.

-¿Habría que hacer un ‘mapeo’ de esas viviendas vacías, saber cuántas hay?

Sin duda alguna, es una tarea que está pendiente. El último dato que tenemos oficial es del año 2011, es un dato ya desfasado, de 3,5 millones de viviendas vacías. Habría que actualizar esa cifra y ver también las viviendas que necesitarían ser rehabilitadas ahora que van a venir los fondos europeos.

-¿A qué se debe que se haya construido poca vivienda social?

Se ha construido poca, pero el problema no ha estado tanto en si se ha construido poca o mucha, sino en que la que se ha hecho se ha permitido vender. Se ha generado con recursos públicos, pero finalmente se ha externalizado en un momento dado y esa vivienda ha acabado en manos privadas, por ejemplo, con la opción del ejercicio a compra en la vivienda de protección. Ese tipo de figura supone un retroceso en lo que debería ser el paradigma por el derecho a la vivienda, que debería ir encaminado a un parque sólido que no se construye hoy, aguanta 5 o 10 años y finalmente acaba en manos privadas.

Muchas veces vemos cómo acaba en manos de fondos de inversión, que es lo que ha sucedido en la Comunidad de Madrid. Es un fenómeno que hay que revertir, hay que poner coto, y dejar claro que el parque público es para mantenerlo en alquiler y en una serie de figuras que permitan su uso y no la especulación.

-¿Hay alguna estimación de cuánta vivienda pública se necesitaría?

Es una cifra difícil, no te puedo dar un dato, pero creo que lo que nos tiene que guiar es que en el resto de países de nuestro entorno tienen cerca de un 20%. Un objetivo factible sería llegar a un 15% de vivienda pública en los próximos 10 años, hacia ahí tendríamos que tender. Esto tendría que ir acompañado de un ejercicio pedagógico de que la vivienda debe ir destinada a vivir y no entenderla como un negocio.

-El Gobierno está aprobando medidas dentro de su agenda social, ésta sería una de ellas. ¿Se tendría que aprobar ya? ¿Teme que se deje para septiembre?

Es urgentísimo poner en marcha la Ley de Vivienda porque hay vidas en juego. Hemos visto este mes cómo el tema de los desahucios y los precios de los alquileres inasumibles se llevan por delante la vida de personas. Es muy urgente. Es cierto que hay una serie de decretos en vigor que han supuesto un freno a algunos desahucios, no a todos, pero cuanto más esperemos, peor. Sin embargo, sí que creo que como debe ser un buen texto hay que trabajarlo y todavía estamos en negociaciones. Combinar las dos cosas: la urgencia de tener un texto con la necesidad de tener el mejor texto posible.

–Mientras tanto la Comunidad de Madrid ha dejado claro que está en contra de regular los alquileres.

Los madrileños y madrileñas tenemos un problema con este Gobierno (el de Isabel Díaz Ayuso), que se dedica a hacer sistemáticamente oposición al Gobierno central en todo, aunque sea a costa de perjudicar a sus ciudadanos. El caso de la Comunidad de Madrid es paradigmático, es un laboratorio de neoliberalismo ladrillero que no deja de ser una apuesta por construir todo lo posible sin garantizar el derecho a la vivienda. Las competencias estatales son las que son y hay que habilitar a las comunidades para que puedan luego legislar. Otro problema es que la Comunidad de Madrid es la única autonomía sin una Ley de Vivienda, precisamente para permitir que esto sea el salvaje oeste en materia de vivienda. Un sálvese quien pueda.

Quedan dos años de legislatura por delante para hacer una labor pedagógica para que entiendan los madrileños que Ayuso es probable que, como lo está haciendo, anteponga sus intereses electorales y su propia carrera, para hacer la oposición que quizás Casado no está sabiendo hacer al Gobierno central, a lo que nos interesa. Tenemos el reto de dar la batalla para plantear que si se aprueba una Ley de Vivienda estatal aquí no se puede seguir en rebeldía. Incluso, habrá que explorar los mecanismos jurídicos, judiciales, todos los que hay encima de la mesa, para obligar a que las administraciones cumplan con su papel, que no es otro que velar por los intereses y derechos de su ciudadanía.

-¿Se recuperarán los pisos sociales vendidos a fondos buitre en Madrid?

Confío en que sí. Los inquilinos adjudicatarios han sufrido una estafa. Les han regalado un sueño en forma de llave en 2008, Esperanza Aguirre repartía llaves haciéndose fotos, y finamente sus vidas se han convertido en una pesadilla desde 2013 cuando se malvendió al fondo buitre Goldman Sachs, que opera con la marca Encasa Cibeles. Desde 2013 están sufriendo un calvario vital. Yo he formado parte del equipo jurídico que ha llevado a los tribunales esta operación y hemos conseguido que se declare nula, que fue irregular, que esa venta no se debería haber producido y se tiene que deshacer. Esas viviendas tienen que volver a manos de la Comunidad de Madrid y reponer los intereses y los derechos de los inquilinos violentados en su uso y disfrute del derecho a la vivienda.

Los tribunales son meridianamente claros, la venta fue nula y se tiene que revertir en su totalidad. El fondo de inversión, que tiene unos intereses muy parecidos a los de Ayuso, incluso Ayuso tiene unos intereses muy parecidos a los del fondo buitre, ha entendido las resoluciones judiciales y ha requerido notarialmente a la Comunidad para que esas viviendas vuelvan a patrimonio público. Vamos a instar a acatar las resoluciones judiciales, dejar de estar en rebeldía, devolver esas viviendas a sus legítimos adjudicatarios. También la creación de una Oficina de atención a esos ciudadanos, que están ahora mismo en un limbo jurídico, ayudarles a que sepan qué hacer.

-¿Cómo valora la gestión del PP estos últimos años en materia de urbanismo?

Creo que es una gestión urbanística, no de vivienda. Es importante empezar por ahí. La Comunidad de Madrid ha sido el epicentro de la especulación inmobiliaria, el laboratorio del neoliberalismo ladrillero, donde se han puesto en marcha toda una serie de planes de vivienda que todos han acabado igual. Es decir, en manos de fondos de inversión, de especuladores y no en manos de los inquilinos. Ha contravenido el fin último de por qué construyes un edificio, que es para tratar de garantizar el derecho a la vivienda. Y esto ha sido todo lo contrario, ha sido para generar o satisfacer las necesidades económicas de constructores y promotores, pero luego te has desatendido de todo lo que pasa después. Y no únicamente con la vivienda pública. Ha sido una actuación sistemática por parte del PP. En la pasada legislatura la única ley que se aprobó fue la reforma de la Ley del Suelo para agilizar todos los trámites burocráticos que pueden fiscalizar que se haga un urbanismo sostenible y con sentido común. Madrid está en las antípodas de lo que se tiene que entender por una gestión eficaz de la vivienda. En la campaña electoral Ayuso repitió el mantra de vivir a la madrileña y frente a eso hay otro modelo, que es vivir a la europea, que es vivir con acceso a los servicios públicos esenciales, entre ellos, el derecho a la vivienda.

-Empieza la actividad en la Asamblea con la reforma de Telemadrid del PP, con la abstención de Vox. ¿Es una muestra de la colaboración entre ambos partidos que puede marcar la legislatura?

Ayuso y Monasterio tienen una serie de pactos ocultos y oscuros que desgraciadamente vamos conociendo cada vez que ellas deciden, cada vez que les da la gana, muy a cuenta gotas. Pero cada vez que conocemos uno es más escandaloso que el anterior. Uno de ellos es la reforma de Telemadrid, que es un atropello clarísimo y un ataque a la radio televisión pública. Se han puesto de acuerdo en eso, daba igual que Vox se abstuviera o votara a favor, porque el resultado era el mismo. Es la primera fechoría que se comete por parte de este nuevo Gobierno, pero no la única.

Como moneda de cambio está también la derogación de los avances que teníamos en materia de igualdad y LGTBI. También la oposición a la comisión de residencias. Es una crueldad posicionarse en contra de investigar lo ocurrido, que ha sido dejar morir a nuestros mayores, a más de 7.000 mayores con protocolos de no derivación a hospitales como si sus vidas importaran menos que las de los demás. Todo, con la excusa de que eran competencias estatales, competencias de Pablo Iglesias. Se trata de reparar el daño causado a las víctimas, a los familiares de esas víctimas y que haya verdad, justicia y reparación.

-¿Qué le parece la Oficinal del Español que ocupará Toni Cantó? ¿Es necesaria en la Comunidad?

Es una tomadura de pelo. Es la creación de un chiringuito ‘ad hoc’ sin ningún tipo de necesidad real. Es vestir un poco el puesto que a Toni Cantó le había prometido. Ayuso tiene que cumplir ahora con todos esos pactos y esas promesas que tiene por detrás que no desveló el día de la investidura. Tiene que ir dándole a Vox su moneda de cambio, que es el recorte y retroceso en derechos en materia de igualdad y LGTBI. Sobre Telemadrid, creo que es una cosa suya, que a ella le molesta la pluralidad democrática.

-En cuanto al partido, ¿cómo aborda el futuro tras todos los cambios que se han sucedido desde el 4M? 

Creo que lo afrontamos como un reto. El resultado de las elecciones ha sido el que ha sido. Es importante tener en cuenta que se ha producido un resultado en el que la derecha ha ganado, pero que obedece a factores coyunturales. Las elecciones han sido en clave pandemia y ha ganado el que trataba llevarnos a la idea o a nuestros recuerdos más inmediatos de cómo era nuestro pasado antes de la pandemia. Sin embargo, frente a esas reminiscencias pasadas, con esas banalizaciones de libertad, lo que vamos a hacer desde Unidas Podemos es construir el futuro, construir la recuperación que empieza ahora. Se abre un horizonte, va a haber una senda de recuperación, habrá fondos europeos para eso, y Unidas Podemos tiene el reto de vislumbrar ese futuro.

-Por último, ¿cuáles han sido sus primeras impresiones como nueva diputada?

El estreno fue el día de la investidura asumiendo la portavocía coral del grupo parlamentario. Ese día me llamó la atención las malas formas y mala educación por parte de la bancada del PP y de Vox. No concibo que haya interrupciones, mofas constantemente. Se pueden decir muchas cosas, pero desde el respeto. Se faltó el respeto a mi compañero Serigne Mbaye. Me sorprendió el tono y las formas. Espero que la presidenta de la Cámara no lo permita, no beneficia a nadie. Estar aquí como en un bar por la noche a ver quién dice la patochada más grande, creo que no debería ser el espíritu que rija las instituciones.

Enlace relacionado ElBoletín.com 11/07/2021.

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