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El mecanismo para convertir en un negocio la Sanidad Madrileña continúa dando frutos.

En el año 2009 se aprobó en la Comunidad de Madrid la Ley de Libertad de Elección en la Sanidad. Se "publicitó" como la ley que iba a permitir a los/as pacientes “elegir libremente, y en cualquier momento, médico de familia, pediatra y enfermero en atención primaria y de médico y hospital en atención especializada”.

Para poder hacer efectiva dicha elección, la Ley eliminó las 11 Áreas Sanitarias existentes hasta entonces en la Comunidad de Madrid, organizando el  Sistema Sanitario Público en un “Área de Salud Única integrada por el conjunto del territorio de la región”.

Ya en aquel momento, distintos colectivos y organizaciones(1), denunciamos que el único objetivo que se perseguía con dichas medidas, era la "creación de un inmenso mercado sanitario" cuyo mecanismo perverso de funcionamiento consistía en "favorecer y posibilitar un enorme negocio": que el mayor número posible de personas asignadas a hospitales públicos "eligieran" ser atendidos/as en los nuevos hospitales privatizados del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) y, de esta manera, éstos últimos, además recibir el presupuesto público por atender a la población asignada, cobrarían por atender a pacientes procedentes de otras zonas, por los que obviamente se facturaría aparte.

Y para asegurar que los pacientes eligiesen ser atendidos en los hospitales privados y que el negocio fuese redondo, en 2010,  las citas médicas se pusieron también en manos privadas, asignándose el llamado "call center" a la Empresa Indra(2), en cuyas manos se mantiene en la actualidad.

La forma de asegurar el flujo de pacientes y que estos opten "libremente" por hospitales privados es la siguiente: desde el call center se llama a los/as pacientes, diciéndoles que en el hospital público que les corresponde por zona van a tardar x tiempo (siempre alto) en realizarle una intervención quirúrgica o una prueba diagnóstica, mientras se le ofrece asistencia en un hospital privado con mucha menor demora.

Obviamente, y en aras del negocio "lo que se deriva a los hospitales privados son los procesos y pacientes rentables, mientras los complejos y no rentables se mantienen en los hospitales públicos" (¿Se recuperará algún día el call center?).

Una vez más el tiempo nos da la razón. Desde el año 2012 las memorias del SERMAS ofrecen los datos del Balance de Libre Elección en hospitales, pudiendo observarse el número de citas entrantes (hospitales que reciben pacientes de otros centros) y de citas salientes (hospitales que pierden pacientes que eligen otro centro), que demuestran que año tras año ha aumentado el número de pacientes que han elegido irse a otro centro diferente, pasando de 145.994 en 2012, a 302.041 en 2018.

Pero al mirar los datos en detalle, también se observa que la supuesta libre elección es distinta según el modelo de gestión de cada hospital. En Madrid existen tres modelos de gestión:

- Hospitales Públicos, en los que tanto los servicios sanitarios como no sanitarios son prestados y controlados directamente por el SERMAS (aunque cada día que pasa hay más servicios no sanitarios que son prestados por empresas privadas: limpieza, lavandería, seguridad, cafetería, cocina, etc.).

- Hospitales PFI, donde los servicios sanitarios son prestados y controlados por el propio SERMAS y los no sanitarios por la empresa concesionaria que lo construyó.

- Hospitales PPP, en los que todos los servicios, sanitarios y no sanitarios, son prestados por una empresa (la Fundación Jiménez Díaz, el Hospital Infanta Elena-Valdemoro, el Hospital Rey Juan Carlos y el Hospital General de Villalba pertenecen del Grupo Quirón Salud, propiedad de la multinacional Fresenius y el Hospital de Torrejón del Grupo Alzira, propiedad al 90% de la multinacional norteamericana Centene Corporation).

Según esta clasificación, vemos que cada vez hay más pacientes que eligen ‘libremente’ un Hospital Privado. En 2012 fueron 19.539 y en 2018 han sido 162.140; mientras que en los Hospitales Públicos no ha habido una gran variación, pasando de 112.809 en 2012 a 112.620 en 2018. 

Los Hospitales PFI (semipúblicos) también han aumentado, aunque en menor medida, pasando en el mismo periodo de 13.646 a 27.281 pacientes.

En definitiva mientras que en 2012 los Hospitales Públicos recibían el 77,27% de los pacientes derivados de otros centros, en 2018 solo recibieron el  37,29% del total de las citas entrantes. En el mismo periodo, los Hospitales Privados pasaron de un 13,38% a un 53,68% (ver tabla siguiente).

El incremento de pacientes que eligiendo "libremente" irse a otro centro hospitalario, ha acabado en un Hospital Privado es ya de 156.047. Este resultado no es fruto de la casualidad, la política de recortes y privatización de la Sanidad Pública aplicada por el Partido Popular (PP) ha deteriorado tanto los Hospitales Públicos que las listas de espera se han disparado.

En mayo de 2019 la lista de espera de consultas externas en el SERMAS ha sido de 418.790 personas, de las que 205.667 llevan más de 60 días esperando. Ante ello los Hospitales Privados procuran tener la menor lista de espera para atraer a más pacientes, ya que como decimos más arriba, por atender a pacientes que no tienen asignados hacen una factura aparte:

 Mientras la lista de espera por tipo de hospital es la siguiente:

Estos datos avalan las declaraciones de Stephan Sturm, consejero delegado del gigante sanitario alemán Fresenius (líder del negocio de la sanidad privada en España, a través de Quirónsalud, empresa privada dueña de 47 hospitales en España, 57 centros de especialidades y cerca de 300 centros de prevención de riesgos laborales), quien manifestaba por ejemplo lo siguiente "Probablemente les sorprenda, pero los ingresos del lado público son más rentables que los del lado privado". El grupo Quirónsalud es propietario de los centros privados H. Fundación Jiménez Díaz, H. G. Villalba, H. U. Infanta Elena-Valdemoro y H. Rey Juan Carlos.

La política sanitaria de los diferentes gobiernos del PP durante estos últimos años, no se ha ocupado de mejorar la sanidad madrileña -alcanzando las listas de espera incluso a Atención Primaria-, sino a ofrecer "oportunidades de negocio" en la Sanidad Pública, como muy bien anunció el 23/09/2008 Juan José Güemes cuando presentó a los empresarios el Plan de Infraestructuras Sanitarias 2007-2011 en cuya convocatoria ya se decía "Aproveche las oportunidades de negocio para su empresa"

La privatización sanitaria sigue adelante en la Comunidad de Madrid; de hecho ya han desembarcado en el estado español, y con mucha fuerza en Madrid, dos multinacionales:

- la alemana, Grupo Quirón-Fresenius.

- la norte-americana, Centene.

La única forma de parar este proceso de deterioro y privatización de la Sanidad Pública es que usuarios/as y trabajadores/as, sanitarios y no sanitarios, en definitiva la clase obrera unida tomemos las calles y obliguemos al gobierno de turno a derogar las leyes que permiten su privatización y se rescate todo lo privatizado (tanto servicios sanitarios como no sanitarios).

POR LA DEROGACIÓN DE LA LEY 15/97

POR EL CONTROL DE LA GESTIÓN DE LA SANIDAD PÚBLICA POR TODOS/AS.

PARA QUE NUESTRA SALUD DEJE DE SER SU NEGOCIO.

(1) CAS Madrid publicó entonces el documento El truco de la libre elección en el que se explicaba que: "la libre elección indiscriminada no es real ni posible, es solo un espejismo. Los más de 6 millones de habitantes de Madrid no podemos elegir los mejores centros y los mejores especialistas, no sólo porque desconocemos quiénes son, sino porque sería materialmente imposible que nos atendieran a todos”.

(2) Empresa que recientemente ha vuelto a ser noticia, en relación con el caso Púnica: La Guardia Civil certifica que Indra pagó 566.000 euros para las campañas electorales de Aguirre.

Madrid, julio de 2019.

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