Reproducen al detalle un contagio por aerosoles y el movimiento del aire infectado en un restaurante (07/04/2021).

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El estudio muestra cómo los aerosoles infectivos se expandieron por un restaurante en China.

- El aire infectado creó una burbuja en torno a las mesas donde se produjeron los contagios.

- Los investigadores no ven posible ninguna otra causa alternativa de los contagios.

La tardanza en reconocer el papel fundamental de los aerosoles en el contagio por coronavirus ha sido uno de los factores que impidió que las personas se protegieran mejor del SARS-CoV-2, sobre todo durante la primera ola. La OMS, el CDC de Estados Unidos o el Ministerio de Sanidad español no admitieron hasta octubre de 2020 la importancia de estas pequeñas partículas que exhalamos al hablar o respirar y flotan en el aire.

Las autoridades sanitarias alegaban que la evidencia científica no era suficiente, por eso es relevante la investigación publicada recientemente por la revista ScienceDirect, que prácticamente permite ver cómo sucedió uno de estos contagios invisibles a través del aire.

Era la noche del fin de año chino, el 24 de enero de 2020, en un restaurante abarrotado de Guangzhou. Casi nadie conocía entonces la importancia de los aerosoles, de la ventilación o de llevar mascarilla sobre todo en espacios cerrados. De aquella cena salieron tres familias (denominadas en el artículo A,B y C) contagiadas. Se sentaron en mesas contiguas, con la familia A en medio. Una persona de este grupo era una mujer de 63 años llegada desde Wuhan que había empezado a toser y tener algo de fiebre esa tarde.

Un equipo de investigadores liderado por Min Kang, del Centro de Control de Enfermedades de Guangzhou, ha recreado en un experimento cómo sucedió todo esa noche, gracias a las grabaciones de las cámaras del local. Volvieron a colocar las mesas y sillas tal cual estaban, colocaron los 5 sistemas de aire acondicionado a la misma temperatura que entonces. Sentaron maniquíes térmicos a las sillas y reprodujeron las exhalaciones de aire. En las mesas pusieron bombillas para reproducir el efecto de la comida caliente. Una recreación lo más precisa posible para comprobar cómo se dispersaron por esa sala sin ventilación natural los aerosoles de la persona infectada, reproducidos por una emisión de gas trazador.

Una burbuja de aerosoles infectados por el SARS-CoV-2

La dinámica del aire puede resultar caprichosa, difícil de repetir en un experimento. Una corriente distinta o un cambio de temperatura pueden alterar el resultado. En este caso, las mediciones realizadas por los investigadores demostraron que se formó una nube de aerosoles infectados justo en torno a las mesas de las familias A, B y C.

De aquella cena salieron contagiados 3 de los cuatro miembros de la familia B, 2 de los 7 de la familia C y 5 miembros, incluido el contagio original, de la familia A. Una de las personas infectadas había estado sentada a 4,6 metros de distancia de la mujer con síntomas incipientes.

El contagio por aerosoles es la única hipótesis sostenible, según los autores del estudio. Las cámaras de vídeo del restaurante permitieron comprobar que no hubo otras interacciones entre los comensales, ni quiera cuando se levantaron para ir al baño o cuando abandonaron el local.

La dinámica de las corrientes de aire explica también que no se contagiara nadie sentado en otras mesas porque lo que muestran los experimentos es cómo se forma de manera consistente una burbuja en torno a las tres familias afectadas. Queda la incógnita de los camareros. Ninguno se contagió. Quizá porque su tiempo de exposición en sus idas y venidas a las mesas fue muy corto. Aunque también hay que tener en cuenta pudo haber algún contagio asintomático. En aquella época no se rastreaban.

Enlace relacionado NiusDiario.es 06/04/2021.