El IDIS destaca que la gestión directa de los recursos sanitarios favorece la inequidad (19/11/2021)

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La equidad y la financiación del sistema sanitario han sido los temas tratados en el quinto foro ‘IDIálogoS para una mejor Sanidad‘, que organizó el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS) y que fue presentado por su presidente, el doctor Juan Abarca Cidón.

Esta cita contó con la presencia, como ponentes, de Julián García Vargas, que fue ministro de Sanidad, y el doctor Ignacio Riesgo, que ejerce como consultor. Además, intervino, como moderadora, la directora general de la organización convocante, Marta Villanueva.

En primer lugar, se trató de analizar el concepto de equidad en el sistema sanitario, donde todos los presentes estuvieron de acuerdo en la gran complejidad que supone, pues, en palabras de Julián García Vargas, “la equidad significa acceso a los mismos servicios con obtención de los mismos resultados”, lo cual es imposible porque no se dan los mismos servicios en todos los territorios. La descentralización de la Sanidad hace que no todas las comunidades autónomas gasten lo mismo per cápita, ni los profesionales y la tecnología sean iguales.

La directora general del IDIS introdujo el concepto de la gestión directa como fuente de inequidad en el sistema, a lo que los ponentes mostraron su conformidad, al considerar que un sistema sanitario debe ser muy dinámico, donde los profesionales puedan crecer y prosperar.

Además, según García Vargas, “la gestión directa es fuente, en sí misma, de desigualdad, pues los hospitales son centros de gasto, de lentitud de procedimientos y de falta de agilidad, solo corregida por la diligencia de los profesionales”. Ignacio Riesgo, por su parte, apuntó que, “se necesita innovación, incorporación de nuevos profesionales, cambios permanentes, y eso es la antítesis de la gestión administrativa”.

El factor social

Pero hay muchos condicionantes de salud que no tienen que ver con el sistema sanitario. La educación, la vivienda, las condiciones laborales y de transporte son elementos que generan desigualdad y que, por tanto, tienen una dimensión social y es la sociedad la que debe resolverla.

Como apuntó Riesgo, según un artículo recién publicado, “las listas de espera no golpean a todo el mundo por igual, golpean mucho más a aquellos barrios desfavorecidos económicamente en todas las listas del National Health Service, del Reino Unido, y, seguramente, también en nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS)”.

Pero para poder tener una imagen clara y poder tomar decisiones contra la desigualdad del sistema, los intervinientes coincidieron en la necesidad de poder medir los resultados de todas las Administraciones regionales, haciendo comparativas por patologías e incluso crear proyectos de monitorización de las personas desde que nacen y hasta que fallecen, para saber dónde hay que insistir en la prevención de las patologías dominantes.

Pero la transferencia de la Sanidad a los Gobiernos de las comunidades autónomas fue un freno para poder tener estudios en esa dirección, ya que, como se expuso, “jugó en contra de la transparencia en resultados porque nadie quería verse reflejado con tintes negativos (…). Ese es un tema que hay que superar, pues precisamente una de las virtudes de un sistema descentralizado es la capacidad de comparar”.

La comparativa de datos entre Administraciones se enfrenta a otro gran problema, la falta de homogenización de los mismos. Al respecto, la Fundación IDIS está impulsando la creación de un proyecto de interoperabilidad de datos. “La dificultad que nos estamos encontrando es que no están armonizados. Los criterios, la tecnología y la forma de plantear los datos clínicos son absolutamente dispares y con grados de avance totalmente distintos”, sostuvo Marta Villanueva.

Cambio de modelo

Frente a la necesidad de financiación del SNS, Riesgo puntualizó que se dispone de “un sistema donde la presión al aumento del coste es impresionante, porque coexiste una oferta prácticamente ilimitada, con una avalancha continua de nuevos conocimientos, más tecnologías… Con una demanda también insaciable y esto hace que, salvo que se gestione muy bien, se produzca un aumento del gasto”.

Así, los ponentes destacaron la necesidad de un cambio de modelo de gestión que tenga en cuenta la colaboración público privada para optimizar recursos y evitar duplicidades innecesarias. Esta colaboración aparece en el anteproyecto de Ley de Equidad, Universalidad y Cohesión del SNS, aunque da prioridad a la gestión directa, lo que, para Riesgo, “es un error importante. Yo creo que precisamente lo que tendría que hacer el Ministerio es animar a la transformación de la gestión pública directa hacia un modelo más empresarial, como se hizo en su día en Reino Unido, creando los Trust, que han transformado todos los hospitales ingleses”.

Para García Vargas, este anteproyecto “es la consecuencia del exceso de ideología de una parte de los gestores del sistema sanitario español. Este proyecto de ley va en la dirección de primar la ideología sobre las consideraciones prácticas y la experiencia directa de resultados probados a lo largo de los años”.

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